"Oh Dios, Padre celestial, en este momento me postro ante Ti con humildad y sinceridad en mi corazón. Reconozco mis debilidades y limitaciones, así como también reconozco mi deseo sincero de ser una mejor persona. Te pido, Dios misericordioso, que me concedas la gracia de ser más comprensiva, más paciente y más amorosa en mis acciones y palabras.
Concédeme, Señor, la fuerza interior para no permitir que mis emociones negativas dominen mi ser, sino que pueda mantener la calma y la serenidad en medio de las dificultades y desafíos que enfrento. Ayúdame a cultivar el autocontrol y la disciplina emocional para que pueda actuar con sabiduría y prudencia en cada situación.
Que tu Espíritu Santo guíe mis pensamientos y mis acciones, y que pueda encontrar en Ti la paz y la seguridad que necesito para superar cualquier obstáculo. Que mi vida sea un testimonio vivo de tu amor y tu gracia, y que pueda ser una luz que brille en la oscuridad, llevando consuelo y esperanza a aquellos que me rodean.
Te entrego, Señor, mis deseos de cambio y transformación, confiando plenamente en tu poder para obrar en mí. Ayúdame a crecer en virtudes que reflejen tu imagen y semejanza, y a vivir en armonía con tu voluntad. Que cada día me acerque más a ser la persona que Tú deseas que sea. Amén."
Michelle