Juanjo le dijo que no. A lo de fingir tener algo y a lo de ir a la piscina. A las dos cosas. Y Martin rodó los ojos, pero no le dijo nada cuando le vio marcharse, dejándole ahí sentado, terminándose los macarrones que acababa de prepararle él mismo. Si que es cierto que le advirtió que se marchara a dormir en cuando acabase de comer, pero ya está. Ahí murió la conversación. Al menos hasta el día siguiente. Porque al vasco le fue imposible no asomar la cabeza por la puerta en cuanto se despertó.Y lo hizo como se había habituado esos días a hacerlo. A las nueve y cincuenta, diez minutos antes que Chiara. Así podía pasarse a incordiarle un rato sin tener que darle explicaciones a nadie. Era una rutina. O al menos algo parecido. Tampoco era como si a su hermana fuera a importarle mucho, porque ella solía pasarse los días colándose en la lavandería para ver a Violeta, pero Martin era un chico discreto. Prefería guardarlo como algo solo para él.
Juanjo ya se encontraba haciendo los cafés y el resto del desayuno. Ni se dieron los buenos días ni hablaron de nada de lo que había pasado la noche anterior. Martin volvía a vestir una camisa fina de lino y unas bermudas veraniegas que su padre le había comprado a principios de verano. Juanjo fingió como que no lo notó. A lo mejor la imagen que recordaba de él la noche anterior no era real, si no un producto de su imaginación. Eso hubiera tenido mucho más sentido. Lo de los vaqueros desgastados y la camiseta recortada no había podido ser real. Tampoco las cosas que le propuso hacer. Todo había sido un sueño. Estaba seguro.
Le dejó colocarse a su lado, que viera como preparaba aquellas tostadas. Siempre se acercaba a ojear con una mezcla de sueño y curiosidad. Era como si quisiera aprender a hacerlas solo de verle a él. Juanjo ya no sabía si le molestaba que estuviera tanto rato pegado a él o si ya se había acostumbrado a tenerlo así. Prefería no darle muchas vueltas.
"A la mía no le eches tanta sal."
"Ya lo se, Martin."
Fue por la tarde cuando decidió que volvería a intentar lo de llegar hasta el lago. Le propuso a Denna que lo acompañase, pero le rechazó la oferta porque tenía fanega limpiando las escaleras. No dio a parar con Violeta. Ni siquiera intentó hablar con Manu. No por nada, si no porque era un tío de lo más curioso. Solo se dejaba ver cuando había que llevar a algún miembro de la familia a algún sitio. También durante las comidas y las cenas. Nunca más. No sabía ni si tenía hijos ni cómo coño había acabado trabajando ahí. Le tocó ir solo. Ponerse el bañador y coger una toalla, calcular el tiempo que tenía antes de tener que volver para hacer la cena. Al menos tres horas, hasta las siete. Luego tendría que volver corriendo. Se concienció antes de salir por la puerta trasera, la que usaba Denna para ir a tirar la basura y la única que tenían permitido los empleados cruzar cuando quisieran salir de la casa.
Hubiera estado bien preguntarle a Álvaro por donde era el camino, para que al menos no le pasase lo de la última vez. No había dado con él por ningún lado. Supuso que estaría en alguna reunión con Víctor. O al menos eso indicaban las puertas cerradas del salón. No le importaba, no era de su incumbencia. Siempre sentía el estómago revuelto cada vez que volvía a pasar por aquel lugar. Pero ya daba igual. El caso era que tendría que dejarse llevar por sus instintos para llegar hasta el lago.
Pero pensándolo bien, ¿para qué quería dar con Álvaro si aquellos pies entrometidos no iban a tardar ni dos minutos en alcanzarle el paso? Era más que obvio, debería de haberlo sabido antes. Ni siquiera suspiro o se quejó. No hubiera servido de nada. Era más que obvio que Martin pasaría su tarde libre persiguiéndole a donde quiera que fuese, como si le conociera de toda la vida y realmente fueran amigos cercanos.
"¿En serio no vas a preguntarme por qué te estoy siguiendo?"
Se aguantó las ganas de reír. La voz de Martin había sonado ofendida, como si no le hubiera gustado mucho que Juanjo ignorase su presencia.
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Cowboy Like me
FanficJuanjo aceptó aquel puesto solo por el dinero. Ahora tendría que pasarse todo lo que quedaba de verano en aquella casa, trabajando como cocinero para una familia que no era la suya, alejado de todas las cosas que una vez había creído conocer. A lo...