_Capítulo 14: El paso de los años

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Son dos años desde que Aide y Leonardo se separaron. Aide conoció a Max y se enamoró de él. Pero cuando Leonardo apareció en la fiesta de Max, todo cambió.

"Hola, Aide", dijo Leonardo, acercándose a ella. "¿Cómo estás?"

Aide se sintió incómoda. "Estoy bien", dijo finalmente. "¿Qué haces aquí?"

Leonardo se encogió de hombros. "Me invitaron", dijo. "Quería verte de nuevo".

Max se acercó a ellos, poniendo su brazo alrededor de Aide. "Hola, Leonardo", dijo. "¿Qué hay?"

Leonardo sonrió. "Nada, solo quería saludar", dijo.

Aide se sintió incómoda con la situación. No sabía qué hacer ni qué decir. Quería estar con Max, pero también quería saber por qué Leonardo había venido.

"¿Quieres tomar algo?", preguntó Max, rompiendo el silencio.

Aide asintió y Max se fue a buscar bebidas. Leonardo se quedó con Aide, mirándola fijamente.

"¿Por qué viniste?", preguntó Aide finalmente.

Leonardo se encogió de hombros. "Quería verte de nuevo", dijo. "Quería saber si eras feliz".

Aide se sintió confundida. ¿Por qué Leonardo se preocupaba por su felicidad? ¿No había superado su ruptura?

"Estoy feliz", dijo finalmente. "Max es un buen hombre. Me ama".

Leonardo sonrió. "Me alegra", dijo. "Pero siempre te amaré, Aide. Siempre".

Aide se sintió conmovida por sus palabras. No podía ocultar que aún lo amaba, pero pensaba que él ya había hecho su vida.

Un día, Leonardo se decidió a visitar a Aide en su casa. Quería hablar con ella y saber qué sentía realmente.

"Hola, Aide", dijo Leonardo, cuando ella abrió la puerta. "¿Puedo entrar?"

Aide se sintió nerviosa, pero asintió. "Claro", dijo.

Leonardo entró y se sentó en el sofá. "Aide, necesito saber qué sientes", dijo. "¿Me amas todavía?"

Aide se sintió confundida. "No sé", dijo. "Me gustas, pero también amo a Max".

Leonardo se encogió de hombros. "Entiendo", dijo. "Pero quiero que sepas que siempre te amaré. Siempre".

Aide no podía ocultar que aún lo amaba, pero pensaba que él ya había hecho su vida. "Leonardo, no sé qué decir", dijo finalmente. "Necesito tiempo para pensar".

Leonardo asintió. "Entiendo", dijo. "Pero prométeme que pensarás en mí".

Aide asintió, sintiendo que su corazón aún latía por Leonardo, pero sabía que debía ser honesta con él y con ella misma.

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