_Capítulo 22: Una noticia agridulce

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Max y Aide estaban en un evento de caridad, rodeados de amigos y familiares. Max se había estado preparando para este momento durante semanas y finalmente se sintió listo.

"Aide, desde que te conocí supe que eras la persona indicada para mí", dijo Max, tomándole la mano. "Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Quieres casarte conmigo?"

Aide se sorprendió, pero se sintió emocionada y feliz. "Sí, sí quiero", respondió, sonriendo.

Max puso el anillo en su dedo y la besó. La multitud aplaudió y vitoreó.

Mientras celebraban, Aide no podía evitar pensar en Leonardo. Se preguntaba si él aún pensaba en ella, si se acordaba de su amistad y de los momentos que habían compartido.

"¿Por qué pienso en él en este momento?", se preguntó Aide. "Max es el hombre de mi vida ahora".

Pero no podía evitar sentir una pequeña parte de su corazón que aún pertenecía a Leonardo.

Mientras tanto, Leonardo estaba en un café en la ciudad, viendo las fotos del evento en las redes sociales. Se detuvo en la foto de Aide y Max besándose, con el anillo de compromiso en su dedo.

"Me alegra que sea feliz", pensó Leonardo. "Pero no puedo evitar sentir una pequeña parte de tristeza".

De repente, su teléfono sonó. Era su amigo, Juan.

"Hey, Leo, ¿cómo estás?", preguntó Juan.

"Estoy bien", respondió Leonardo. "Solo viendo las fotos del evento de caridad".

"Ah, sí", dijo Juan. "Aide se comprometió con Max".

Leonardo se sintió un poco dolido al oír las palabras de su amigo.

"Sí, lo vi", dijo. "Me alegra que sea feliz".

"Pero no puedes evitar sentir algo por ella, ¿verdad?", preguntó Juan.

Leonardo se detuvo un momento antes de responder.

"No", dijo finalmente. "No puedo evitarlo".

Juan se rió.

"Te dije que no podías olvidarla", dijo. "Aide es una mujer especial".

Leonardo sonrió, sabiendo que su amigo tenía razón.

"Sí, lo es", dijo. "Y siempre lo será".

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