Capítulo 5

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Narrador omnisciente

Rebecca

"Solo llamadas de sus familiares o una emergencia, no ser irrumpida o perturbada en su oficina por nada ni nadie ni siquiera por él mismo"
Se repetía Caleb es su mente.

Y así transcurrió el día de trabajo para Becca revisando todos los documentos atrasados y trabajo acumulado y para Caleb solo siendo solicitado por su jefa para lo puramente necesario.

Becca le dijo a Caleb que le pidiera algo de comer y que el decidiera si pedía algo para el también o salía a comer, a ella le importaba el bienestar de su equipo de trabajo no era inhumana o insensible.

Es por eso que no entendía por qué percibía miedo en su asistente, se preguntaba si alguna vez lo había tratado mal y siempre llega a la misma conclusión de que no, siempre trata a todos por igual.

Claro que con Caleb era con quien ella más se relacionaba o cruzaba palabras por obvias razones, el chico era eficiente para sus 21 años y cumplía con su trabajo siempre
Rebecca no tenía quejas de él.

Cuando se hizo más tarde Caleb se dirigió a la oficina de su jefa, eso sí lo tenía permitido "avisarle a su jefa cuando ya era su hora de irse" por eso estaba parado en la puerta de su oficina dando unos toques suaves.

Rebecca le dijo que podía entrar, Caleb abrió la puerta para entrar y se dirigió de inmediato a ella.

- Ya es hora señora, ¿se quedará aquí?- preguntó con un poco de nerviosismo jugando con la correa de su maletín cruzado donde ya tenía todas sus cosas guardadas.

- Si, me quedaré un rato más señor Grey. Mañana iniciamos con las entrevistas supongo que recibió mi correo- habló Becca levantando la mirada de su laptop para ver a Caleb con su habitual pose nerviosa.

- Si señora hice las llamadas pertinentes, la primera entrevista es a primera hora mañana, organicé de manera equitativa estás para que no pase por alto a algún posible aspirante que haga parte de nuestro equipo de trabajo- le respondió Caleb tratando de no hablar tan rápido para que su jefa le entendiera y volvió a hablar. - El orden de las entrevistas se lo envié a su correo señora- Caleb trago saliva manteniendo su compostura.

- Entendido señor Grey, buen trabajo se puede ir que tenga buenas noches- dijo Becca tratando de contener una sonrisa por el nerviosismo del chico, así que se despidió rápido.

- Buenas noches señora- respondió Caleb a su jefa dió la vuelta y soltó todo el aire retenido cerrando la puerta para seguir al ascensor y salir de ahí lo más rápido posible.

Rebecca se quedó mirando por dónde se fue Caleb, pensado en si sería buena idea preguntarle el por que de su nerviosismo, luego negó con la cabeza y volvio a lo que hacía, quizá solo le falta un poco mas de tiempo siendo su asistente para que se acostumbre.

Cuándo volvió a levantar la vista se dió cuenta que ya era algo tarde para ella seguir ahí, recogió sus cosas y siguió su camino al ascensor para luego dirigirse a su lugar, cuando llegó al estacionamiento entro por el ascensor directo a su penthouse.

Colgó el abrigo a un lado de la entrada y se dirigió a su cocina, tomó una botella de vino, buscó una copa y fue hacia el sofa en su estancia, se sentó y sirvió vino en su copa, se la llevó a la boca y tomo un sorbo, lo saboreó y sintió los matices de éste.

Una copa más y estaría lista para ir a la cama, hoy estaba agotada y solo quería sentir esa bebida reconfortante extasiar su paladar y pasar por su garganta mientras quemaba un poco en el trayecto, solo eso para dormír como una bebé.

Terminó su segunda copa, dejó todo en la encimera de su cocina y se fue a su habitación para ponerse cómoda y poder descansar perfectamente como quería hacerlo desde que se subió a su auto y salió de la empresa, solo quería llegar a su cama.

Al día siguiente como de costumbre despertó sin alarma para iniciar su día, hizo lo respectivo y salió a correr como casi todas las mañanas porque algunos días se quedaba en su gimnasio, haciendo algo de cardio y dándole golpes por un tiempo al costal.

Cuando volvía de su trote matutino a unas calles de su edificio, Rebecca chocó con alguien haciendo un desastre pues esta persona salía del portal de otro edificio con unos documentos en sus manos, haciendo que estos salieran volando.

Por la fuerza del choque ambas personas terminaron en el suelo, la chica que iba saliendo del edificio cayó de rodillas dandole la espalda a Rebecca y de inmediato intentando recoger todos los documentos que estaban esparcidos por el suelo frío.

Rebecca cayó sentada y se encontraba en shock pues esto no se lo esperaba no pudo prevenir este inesperado impacto, cuando salió de su trance se percató de la chica que recogía con desesperación los papeles en el piso y de inmediato se puso de pie para ayudarla.

Las chicas aún no cruzaban miradas ambas estaban por su lado tratando de recuperar todos los papeles, Becca ya había bajado sus audífonos a su cuello y estaba concentrada en su misión de ayudar a la chica que se cruzó en su camino, algo que estaba totalmente fuera de sus planes.

...

La chica que cayó de rodillas, se puso de pie pues se dio cuenta que había alguien más ayudándola y se quedó observando a una chica castaña que llevaba una campera gris, un pantalón deportivo de tela gruesa unos tenis blancos y colgaban unos audífonos de su cuello.

Cuando Becca se puso de pie alineando los papeles en sus manos, alzó la mirada buscando a la pared con la que chocó y se dió de frente con una chica de cabello largo negro muy lacio, una figura muy estilizada quedando ésta casi de su misma altura pues la pelinegra llevaba tacones.

Becca repasó con su mirada a la pelinegra que tenía en frente, no podía creer lo que veía sintió que los bellos de su nuca se erizaron cuando la miró a los ojos, unos profundos ojos cafés, un café tan profundo que se sintió hundirse en él y su propio estupor le advirtió que esa mirada café la puso nerviosa.

La pelinegra llevaba una falda tubo negra un poco por encima de sus rodillas, debajo de esta unas medias largas negras, en sus pies unos tacones muy altos y una camisa blanca debajo de su abrigo de punto color rosa y en su cabeza llevaba una pequeña boina del mismo color del abrigo.

Mientras Becca seguía perdida, la pelinegra no se quedaba atrás, se consideraba absolutamente derretida ante la miel de esos ojos que la estaban viendo como si ocultara un mundo detrás de estos y sus piernas temblaron ante ésta castaña de ojos tan hermosos y misteriosos.

La castaña no sabía que hacer, perdió el camino, se encontraba incapaz de modular alguna palabra cuando ya sabía que le tenía que pedir disculpas a la 'pared' 'y que pared tan hermosa con la que me ha tocado chocar' pensó la castaña y dejó de divagar para romper el silencio al fin.

- Discúlpeme señorita, no ha sido mi intención provocar este desastre, ¿Se encuentra bien?- preguntó Becca realmente preocupada ofreciendo los papeles, temerosa de haber provocado que la pelinegra se lastimara y aún perdida en esa mirada.

- No ha sido gran cosa, no se preocupe- respondió la pelinegra mirando esa miel que la tenía hipnotizada, volvió a hablar - ¿Y usted está bien? se lastimó?- preguntó estirando sus manos ocupadas con el resto de papeles para tomar los que le ofrecía, sintiendo algo de electricidad al rozar un poco la mano de la castaña sin apartarle la mirada en ningún momento.

- Yo estoy perfecta, no tiene de que preocuparse- Becca no podía articular bien las palabras esa mirada y ese pequeño roce le estaban provocando muchas cosas que jamás pensó sentir en su vida - Parece que su taxi se fue por mi culpa, dejeme ayudarle a conseguir otro- la pelinegra asintió con la cabeza y Becca se fue al extremo de la calle para huir de esa electricidad que le hizo temblar las rodillas, para poder conseguir un taxi.

La chica de falda negra la vio irse al extremo de la calle, de repente se sintió tímida y de pocas palabras tanto que no pudo contestarle con palabras y solo movió su cabeza, se perdía en sus pensamientos y cuando reaccionó, la castaña ya la esperaba con la puerta abierta de un nuevo taxi, se dirigió a ella agarrando fuerte los papeles que llevaba en sus manos.









I'm only me when I'm with youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora