CAPÍTULO 4

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No había un sólo día en el que no deseara volver a estar enamorada como el primer día, pero mi relación, la cual iba desapareciendo, era casi imposible de salvar.
No me consideraba egoísta, solamente pedía un beso de esos que acaban bajo las sábanas, un abrazo de esos que me dieran algo de fuerzas para seguir adelante... Pero nada de lo que pedí llego a cumplirse.
Pasaban los días y mi paciencia de iba agotando, como mi relación, la cual me llevó a recapacitar.
No sería ni un día mas el que sufriría por tí.
Me arme de valor y deje mis sentimientos a un lado para que vieras lo que se sentía al estar rota de dolor.
Tuve que tomar una decisión, probablemente la más importante de mi vida.
No te puedes ni imaginar el daño que me causó dejarte, pero así lo hice. Unas ganas inmediatas de vivir tal y como me lo merecía, hicieron que me separara de tí para siempre.
¿O quién sabe?.

DE ORO BLANCO Y DIAMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora