CAPÍTULO 14

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Con la mirada perdida, fijado en los pocos y vanos recuerdo que aún me quedaban de ti,simplemente expectante al ser consciente de cuál era la situación por la que estabas pasando. Cumplías nuestro sueño con otra persona, otra persona que no era yo, y era ese sentimiento el que me mataba día día.
Soñamos con tener hijos, vivir lejos de aquí, en Londres, New York, qué más da, el caso era ser feliz junto a la persona de la cual estaba enamorada...
Pero las esperanzas que me quedaba se apagaron el día que me enteré que ibas a ser padre. Fueron tantas las ganas de morirme, que aún no me lo creo, llevo días encerrada en mi propio pensamiento intentando despertar de esta pesadilla.
Después de varios días sumergida en una tortura, me he dado cuenta de que es el momento de olvidarte para siempre.
No sé cómo te puedes sentir en este momento, pero conociéndote mejor que nadie, sé perfectamente que tú has puesto el mismo empeño que yo en sacarme de tu mente y ambos nos hemos quedado en el intento.
Dicen que una derrota tiempo es una victoria ganada, y nosotros somos esa excepción que confirma la regla, ambos perdimos el amor de nuestras vidas el día en que nos separamos.
Creo que ha llegado el día de acabar con lo poco que nos queda. Por todo esto,debo de acabar con esta historia y ponerle punto final a todo lo nuestro.

DE ORO BLANCO Y DIAMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora