CAPÍTULO 7

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Un abrazo, solamente les hizo falta un abrazo, para darse cuenta que el amor que tanto les había costado conseguir sólo se había escondido durante estos casi ocho meses. Es así, sólo se había escondido, jamás llegó a perderse del todo.
Sólo se había ocultado en lo más profundo de su corazón para que nadie pudiera verlo, nadie pudiera encontrarlo...
Se escondió tan profundamente que casi ni ellos mismos se acordaba donde lo habían dejado.
Hasta ese día, el día que volvieron a sentirse, en el que fusionaron sentimientos, emociones y tristeza. Ese día fue tan fuerte la sensación que ambos sintieron, como si sus corazones palpitaran tan rápido, con tanta fuerza y a la misma vez para decirles algo.
Sin embargo ella sintió que el suyo se paró por un instante, eran los recuerdos los que estaban haciendo que el amor que tan adentro escondía saliera de nuevo. Nunca supo si al igual que ella, las pulsaciones de él también se pararon, no sabía si el amor que él le tenía a ella salió o se quedó en algún rincón de su corazón, esperando a que se fuera perdiendo poco a poco, o esperando a que ella fuera a recordarle donde estaba, a recordarle lo que se sentía, a volverle a enseñar lo que es amar de verdad, lo que es perderse en la mirada del otro, la tranquilidad de saber que alguien te corresponde a ti y sólo a ti.
Sólo ella sabía cómo hacerle realmente feliz.
Sólo ella sabía cómo amarlo de esa manera con la que le enamoró por siempre.

DE ORO BLANCO Y DIAMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora