Mix de Historias - SpainRp 2.

Freddy Trucazo pt.2

"No estás solo mi cielo."

Dirigí mi mano hacia la manija de la puerta, dispuesta a abrirla y salir de la sala de archivls, cuando de repente Freddy se acercó a mí con una sonrisa traviesa.

Me robó un beso fugaz, sus labios rozando los míos con ternura antes de reírse y alejarse, dejándome con una mezcla de sorpresa y alegría. Sus risas resonaban en el pasillo mientras se alejaba, y yo me quedé allí, sonriendo para mí misma, disfrutando del momento.

(...)

La noche había sido un éxito total. El operativo había salido mejor de lo que esperábamos, y los agentes estaban visiblemente orgullosos del trabajo que habíamos hecho.

La satisfacción en el aire era palpable, y me sentía aliviada al ver que todo había salido como se planeó.

Pero mientras me despedía de mis compañeros y me dirigía a casa, no podía evitar sentir que mi noche podría tomar un giro inesperado. Todo dependía de lo que encontraría al llegar a casa.

Cuando estacioné el coche en el garaje, noté algo extraño. El coche de Freddy no estaba allí. Me detuve un momento, frunciendo el ceño.

Había asumido que Freddy estaría en casa ya que el operativo había terminado, pero parecía que aún estaba ocupado, realizando o supervisando algunos temas relacionados con el operativo.

Al abrir la puerta de mi casa, una sensación de soledad me golpeó con fuerza. El silencio era opresivo, y la ausencia de vida en el interior era palpable.

Últimamente, Freddy no había estado llegando por las noches, dejándome sola con mis pensamientos y emociones. La tristeza y la soledad me inundaban, como una marea que no podía controlar.

Dejé mis cosas en la mesa de la entrada -llaves, botas, mochila- y me dirigí a la cocina, que estaba justo al lado.

Tomé un vaso de agua para refrescarme un poco, tratando de sacudirme la sensación de vacío. Con un suspiro, miré hacia la sala, que se encontraba vacía y oscura.

Normalmente, Freddy solía estar sentado en ese hermoso sofá negro, esperándome. Pero esa noche, como tantas otras, no estaba.

Me dirigí a mi habitación, tratando de seguir con mi rutina diaria. Me duché y cené, intentando llenar el vacío que sentía. Pero cuando me acosté, no pude evitar sentir la ausencia de Freddy.

A las 3:00 am, me moví un poco en la cama y sentí un leve vacío frío al lado. Miré con los ojos semidormidos, pero sabía que no estaba allí. No había llegado a casa.

Dejé caer mi cuerpo en la almohada, agotada y derrotada. Sabía que esto estaba siendo un bucle, una repetición constante de la misma tristeza y soledad. Pero por más que me doliera, no podía hacer nada para cambiarlo.

Cansada y agotada por el sentimiento de tristeza, me sumí nuevamente en un sueño profundo, esperando que el día siguiente trajera consigo la presencia de Freddy.

Pero cuando la alarma sonó a las 9:00 am, me desperté con un agotamiento aún mayor. Me arrastré hasta la cocina para tomar mi desayuno, con la esperanza de que Freddy apareciera por la puerta en cualquier momento, con esa mirada de cansancio pero con los ojos brillantes de emoción al verme.