Mix de Historias - SpainRp 2.

Freddy Trucazo pt.7

"Eres la cura de todas mis heridas."

Un silencio pesado se había formado en aquella sala de mi casa. Las miradas de Isidoro y Gustabo eran demasiado cómplices.

No podía evitar sentir que ambos estaban deseando descubrir lo que estaba pasando. Sin embargo, mi mente estaba llena de confusión; no sabía por qué estos gilipollas estaban en mi hogar y qué era lo que querían.

Isidoro rompió el silencio, como era de esperar. Su voz sonaba impaciente y despectiva:

Isidoro: Tete, que no tenemos toda la puta noche -Su tono despreocupado y la forma en que se movía me irritaban.

Gustabo: Isidoro, será mejor que sea otro día. No queremos molestar... Interrumpimos un momento... -Su mirada de reojo hacia ella me hizo sentir que no estaba solo en esta incomodidad.

Isidoro: No me importa, que follen otro día, tío -insistió, ignorando las advertencias de su compañero.

Gustabo: Isidoro, si Freddy no te pega, lo haré yo -dijo enojado, con una voz que parecía contener el peso de la tensión en la habitación.- Así que cierra la boca y tira para afuera, ahora.

Su tono autoritario dejó claro que no estaba dispuesto a dejar que Isidoro arruinara lo que estaba en juego.

Isidoro: Joder, que aburrido -replicó Isidoro, con un resoplido de desdén. Se retiró molesto, no sin antes guiñarle el ojo a ella, y se marchó.

Gustabo: Tío, lo siento, no tenía idea de que... -dijo, mirándome con un gesto de disculpa.

Freddy: No te preocupes, rubia... Gracias -le respondí con una sonrisa que intentaba transmitir mi agradecimiento, aunque la situación aún me tenía confundido.

Mientras se dirigía hacia la salida, se despidió con otra sonrisa que reflejaba la complicidad que había compartido con Mellie.

No podía dejar de pensar en cómo su presencia había cambiado el ambiente, llenándolo de una tensión que, aunque incómoda, también era extrañamente electrizante.

Llevé una mano a mi cabeza, tratando de despejar mis pensamientos, mientras que la otra descansaba en mi cintura. Comencé a caminar de un lado a otro, buscando alguna manera de hacer sentido de todo esto.

Fue entonces cuando escuché su voz, fuerte y clara..

_____: Freddy..

Al oírla, caí de lleno a la realidad. La miré y, aunque aún me sentía confundido, algo en su mirada me detuvo en seco.

_____: ¿Qué acaba de pasar? -pregunto, su tono reflejado la misma incertidumbre que me invadía.

Me acerqué a ella tratando de relajar el ambiente con una sonrisa.

Freddy: La verdad no tengo ni la menor idea.
-respondí, dejando escapar una pequeña risa.

Mi risa provocó que ella también sonriera, un momento que, a pesar de la confusión, parecía llenar la sala de una calidez inesperada.

Me acerqué a ella con pasos lentos, mi respiración acompasada al ritmo de su mirada fija en mí.

Extendí mi mano hacia su mejilla, rozando su piel suave mientras el mundo a nuestro alrededor se desvanecía por completo. Nuestros ojos se encontraron, creando una conexión que ni las palabras podían romper.

Lentamente, la distancia entre nosotros desapareció y, con una delicadeza casi reverente, la besé. Sentí cómo respondía a ese contacto, una mezcla de ternura y deseo que nos envolvía por completo.