-Capitulo 13, amor del pasado-

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6:45 p.m

En la cafetería Volvían a llenarse las mesas y el olor a café recién hecho infestada todo el lugar, las tres chicas hacían sus tareas diarios sin tanta normalidad.

-Mesa 20.

-Bueno.-Contestó sin ganas, sintió que alguien le agarraba su muñeca y cuando vio hacia atrás vio a Abril ahora con el pelo más corto que antes.

-Quieres que cerremos ya?

-No, estoy bien.

-Segura?

-Lo estoy.

-Va, nos avisas cualquier cosa.-Dijo para luego sonreír y volver a su lugar de trabajo.
Madison agarro la bandeja color plata y avanzo hasta la mesa dicha, vio a una pareja conocida y al dejar la bandeja los vio observarse con los mismos ojos de amor que la primera vez.

-Bienvenidos a Cafetería Cupido! Les repetiré su pedido, dos pastel tres leches mediamos y dos cafés gran...

-Señorita, queríamos preguntar algo.

-Uh, claro dígame?-Contestó sonriendo.

-Queríamos tener una cita aquí, en la misma mesa que nos asigno para nuestra primera cita.

-Claro, nos alegra que quieran volver a crear ese recuerdo, para que día seria?

-Para mañana.

-Mañana? Okey, pueden venir a la misma hora, 5:30 de la tarde y les asignaremos la mesa del rincón la cual es la misma.

-Por favor, muchas gracias.-Contestó el chico.

-No hay de que, Agapē!-Contestó antes de volver a la barra.

-Tenemos una cita recreativa otra mañana, puedes decirle a Pau? Yo tengo que salir a comprarle más crema batida.

-A donde iras?

-Al super de acá a la vuelta.

-Adi, segura que quieres ir sola? Puedo ir yo, para evitarnos...

-No, voy yo sola, ya? Encárgate de terminar las órdenes y regresare en... 19 minutos.-Contestó quitándose el delantal y la diadema de corazones.-Ya vengo.

-Esta bien, con cuidado.

-Si, voy con cuidado.-Dijo antes de salir.

Suspiro y comenzó a caminar hacia el super, esa era un ventaja de la ubicación de la cafetería, estaban en medio de varias tiendas y de casas.
Se iba repitiendo lo que debía comprar, sentía como el viento desordenada su cabello el cual iba suelto a excepción de la mini trenza qué recorría desde su frente hasta el final de su cabello y la cola baja que llevaba, no iba suelto del todo.

...

Madison salió del supermercado, cargando una bolsa de papel llena de productos, mientras el viento de la tarde movía suavemente su cabello negro. Estaba distraída buscando su celular para llamar a sus amigas por si algo le faltaba.

-¿Madison?

Su corazón dio un vuelco. Lentamente, levantó la mirada y ahí estaba Michael, o como ella y sus amigas lo recordaban con el mejor apodo que se les ocurrió, Frambuesa, con esa imponente figura alta que tanto conocía, su cabello castaño claro despeinado por el viento, y esos ojos grises que parecían traspasarla. La piel trigueña de él brillaba bajo el sol, dándole una calidez que ella había olvidado cuánto extrañaba.

-Michael... -murmuró, sin poder disimular la sorpresa, rápidamente dejo lo que estaba haciendo para asegurarse de no estar alucinando.

Ambos se quedaron quietos por un momento, observándose. Habían pasado meses desde que se separaron, pero en ese instante, todo el tiempo desapareció. Los sentimientos que alguna vez tuvieron el uno por el otro parecieron despertar, silenciosos pero presentes.

-¿Cómo has estado? -preguntó él, dando un paso hacia ella.

-Bien... muy bien, ocupada con la cafetería y todo eso, ya sabes -respondió ella, intentando sonar casual, aunque su corazón latía con fuerza.

Michael esbozó una media sonrisa, esa misma sonrisa que siempre la había derretido.

-Me alegra escucharlo. Te ves bien -comentó, sus ojos grises explorando su rostro con una suavidad que hacía que Madison sintiera mariposas en el estómago, esa sensación que tanto odiaba.

Un silencio cómodo se instaló entre ellos, como si ambos estuvieran debatiendo si debían seguir o no con esa conversación. Finalmente, él rompió el momento.

-¿Te gustaría... tomar un café algún día? Solo para ponernos al corriente... no supe nada de ti después de que me dejaste.

Madison vaciló por un segundo, pero no pudo evitar sonreír. A pesar de que sabia perfectamente la razon por la cual lo habia terminado su mente empezo a pensar en varias opciones de respuesta y todas eran de aprobación. Quizás era una mala idea, quizás no. Pero en ese momento, no quería pensar en "quizás".

-Sí, me gustaría -respondió.

-Entonces, te llamaré, tienes el mismo número?-dijo él, con un brillo en los ojos que delataba que también lo estaba esperando.

-Si, es el mismo de siempre...-Respondió para luego volver al mismo silencio de antes.

Ambos se despidieron, con la promesa de verse de nuevo. Mientras Madison caminaba hacia la cafetería no pudo evitar pensar en ese momento.

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Madison hizo una breve pausa en su camino con una mezcla de confusión y emoción agolpándose en su pecho. Sosteniendo la bolsa de compras, comenzó a caminar de regreso a la cafetería, pero apenas era consciente de sus pasos. Las imágenes de Michael seguían nítidas en su mente: su cabello castaño claro desordenado por el viento, sus ojos grises fijos en los de ella, y esa sonrisa que la había desarmado por completo.

El sol comenzaba a caer debido a la hora, proyectando sombras largas sobre las aceras, pero el mundo alrededor de Madison parecía haberse detenido. No podía dejar de pensar en cómo Michael la había mirado, como si aún quedara algo entre ellos. Y, lo que más la sorprendía, era que ella también lo sentía. Ese cariño que había creído dejar atrás, estaba ahí, despertando, ardiendo bajo la superficie.

Cada paso hacia la cafetería era un torbellino de emociones. Intentó convencerse de que solo era un encuentro casual, que no significaba nada, pero su corazón le decía otra cosa. Habían sido demasiados recuerdos juntos, demasiadas risas y momentos que jamás se borraron del todo.

Cuando finalmente llegó a la "Cafetería Cupido", se detuvo frente a la puerta, mirando el letrero con una sonrisa débil. Era irónico, trabajando en un lugar dedicado a juntar parejas, pero ahora era ella quien parecía estar atrapada en un torbellino de sentimientos antiguos que no podía controlar.

Entró en la cafetería, donde Abril y Paula la saludaron, pero algo en su expresión las hizo fruncir el ceño.

-¿Estás bien? -preguntó Paula, acercándose mientras jugaba con uno de sus rizos.

Madison asintió, aunque su corazón latía rápido. No podía contarles todo, al menos no aún hasta que estuviera segura de todo.

-Sí, solo... me canse de tanto caminar -respondió, forzando una sonrisa, aunque sabía que era una gran mentira.

-Pero el super queda a tres negocios de... Olvídalo.-Dijo Abril lento.-Faltan unos pedidos, ve a dejarlos.-Contestó para luego cada una volver a su lugar.

Pero mientras se movía por la cafetería, llenando tazas y tomando pedidos, una cosa era clara: no podía dejar de pensar en Michael, ni en los sentimientos que habían vuelto a despertar. Y por más que intentara ignorarlos, sabía que lo inevitable estaba por venir, podría terminar de una horrible forma o de una muy hermosa, aunque varios recuerdos estaban presentes, apenas había terminado con Jackson un día atrás y estaba demasiado segura que los sentimientos aún estaban presentes, los sentimientos por los dos chicos que lograron hacer su corazón derretirse varias veces.

Goodbye Unwanted Souls

Lin Aquí!

Perdón que el capítulo sea corto, pero necesito empezar a escribir "Herederos de maravilla".

Xodó!!

Cafetería Cupido (Amores FALLIDOS)  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora