Parte 4

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[A mí también me dolió que cancelaran la serieeeeeeeeee]



Mientras Edwin se alejaba, llevaba a Charles sobre sus hombros, sintiendo el peso de la preocupación y el miedo apretándole el pecho. Caminaba rápido, con pasos apresurados y decididos, buscando algún lugar donde pudieran estar a salvo y, sobre todo, encontrar un espejo que pudiera llevarlos de vuelta a la agencia.

—Resiste, Charles, por favor, resiste —murmuró Edwin entre dientes, tratando de mantener la calma.

Mientras se alejaba del tumulto de las personas, un molesto sonido comenzaba a sonar con fuerza cada vez más y más. Por un segundo pensó que sería su fin, que la cosa que los encierra en la pesadilla estaba yendo tras ellos. Hizo un breve silencio y se alivió al escuchar que era el graznido de un cuervo que parecía seguir sus pasos, volando en círculos sobre su cabeza. Incrédulo de lo que estaba viendo pero intrigado por el suceso, Edwin alzó la mirada para ver el ave que volaba sobre ellos.

—Acaso... ¿Eres tú, Monty? —Edwin preguntó hacia el cuervo pero no obtuvo respuesta. En su lugar seguía volando en círculos sobre su cabeza.

No tenía tiempo que perder persiguiendo a alguien que una vez traicionó su confianza. Bajó la mirada y se propuso a seguir su camino cuando de nuevo comenzó el molesto graznido.

El joven detective alzó nuevamente su mirada y vio cómo el cuervo comenzaba a descender el vuelo hacia una esquina de la escuela. Era un lugar sombrío, con un montículo de objetos por descartar, era el basurero de la escuela. Y el cuervo estaba esperando sobre uno de los objetos mientras dirigía su mirada hacia Edwin.

Ahí en el fondo del callejón, bajo las patas del cuervo había un espejo antiguo estaba apoyado contra la pared, su marco dorado y desgastado brillaba tenuemente en la sombra de la escuela. Edwin se acercó y exclamó.

—¡Un espejo!

Edwin rápidamente canalizó la ruta y, con esfuerzo, apoyó a Charles contra el espejo, éste los tragó envolviendolo. Acto seguido apoyó sus manos para entrar tras Charles no sin antes dar un pequeño vistazo al cuervo. Pero éste solo se lo quedó viendo ladeando la cara. Tras un breve 'gracias' Edwin se despidió del ave.


En el otro lado del espejo el cuerpo de los dos jóvenes detectives terminaron cayendo sobre el piso de la tan conocida agencia de detectives. El ambiente era seguro y familiar, pero eso no lograba que la preocupación de Edwin disminuyera.

—Edwin —lo saludó una voz conocida, alegre e imperturbable—. Regresaron bastante rápido, ¿tomarán mi caso? —El rey gato, recostado cómodamente en el sofá, observaba la escena con interés.

—Tomaron a Charles —respondió Edwin con voz quebrada, la tensión en el aire palpable mientras su mirada se volvía dura.

El rey gato se incorporó, su expresión se tornó seria al ver a Charles tirado sobre el suelo de la agencia inmóvil pero con su expresión de agonía visible en su rostro. Se acercó, incrédulo de la situación.

—Demonios. —musitó el Rey gato

—¡No dijiste que las pesadillas también afectarían a los fantasmas! —gritó Edwin, incapaz de contener la frustración que lo consumía.

—No lo hacían. —respondió el rey gato con tono grave—. Cuando salí de Port Townsend hace un par de días, solo afectaba a los gatos. Además, tengo entendido que los fantasmas como ustedes, no comen ni duermen por eso pensé que no sería una amenaza para ustedes... Pero veo que me equivoqué.

sin titulo todavíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora