Mientras las semanas iban corriendo y los días pasaban tan rápidamente como hojas secas cayendo de un árbol en pleno otoño, la vida de ambos protagonistas de esta historia seguía igual que siempre.
Jiseo, por su parte, ya que había vuelto a ayudar en la panadería sus días eran bastante movidos. Se levantaba, iba a la escuela, volvía, comía algo rápido y salía para el trabajo. A veces se encontraba con Heeseung en el camino e iban juntos caminando.
En esos momentos aprovechaban para hablar de todo un poco. Aunque compartían salón de clases, cuando se contaban cosas de su día era como si fueran a escuelas distintas. Vivían en la misma ciudad, estaban rodeados de la misma gente, mismas horas de estudio y mismo trabajo, pero su día a día era como el agua y el aceite.
Por el lado de Heeseung hoy estaba contento. Ayer había salido con Chaekyung otra vez y su relación con ella lo tenía emocionado. Por ahora no eran mas que eso, un chico y una chica conociéndose aún. Aunque el pelinegro estaba tan perdido en ella que si no se frenara mentalmente ya le hubiera pedido ser su novia.
Heeseung es muy apegable a simplemente una gota de amor que reciba.
Y eso a veces ha llegado a traerle consecuencias.
Hoy Jiseo había decidido cambiar el rumbo a la panadería. No había visto la hora y muy tarde se dio cuenta que había salido bastante temprano, tenía tiempo de sobra. Así que abandonó su camino de todos los días, se compró un helado en una tienda y caminó por un parque que quedaba a unas cuadras de su destino.
Ahi se encontró con muchos niños jugando, algunos en las hamacas, comiendo galletitas, riendo y divirtiéndose. Jiseo sonrió ante la idea de tener hijos, le gustaba pensarlo, aunque no sabría si nunca estaría lista. Le asustaba, debía admitirlo. Pero la idea en sí le gustaba. Inclusive aunque falten muchos años para eso.
De repente un juguete cayó a un lado de sus pies. Era un juguete de spiderman muy lindo, recién nuevito. Jiseo iba pasando por un tobogán y parecía que el juguete se había lanzado por sí mismo. Al no ver a nadie al rededor lo tomó confundida intentando encontrar al propietario.
— ¡Ese juguete es mio!—gritó una voz finita proveniente de alguien que corría hacia la pelinegra. Era un niño de unos seis años con las mejillas bien rojas de tanto trote. Una vez que estuvo bastante cerca volvió a hablar, algo cansado. — Lo estuve buscando por todas partes. Había olvidado donde lo dejé.
Y eso para Jiseo había sido como un deja vu.
Era increíble ese sentimiento que aparece haciéndote creer que ya viviste una escena que está ocurriendo en este preciso momento. Jiseo frunció el ceño devolviendo el juguete con desconfianza. No tan segura de lo que acababa de pasar.
— ¿Estás bien?—Heeseung no la recibió ni con Hola, un Qué tal, o un "Te gané, llegué antes que tu" a como tenía la costumbre de hacer. Hoy era diferente, puesto que el chico notó lo pálido que estaba el rostro de Jiseo. — Luces como si hubieras visto un fantasma.
La preocupación en los ojos de Heeseung era notoria. Es común que la pelinegra siempre aparezca con la sonrisa mas fresca o la anécdota más estúpida de algo que le había pasado en el día. Esta era, desde que empezaron a trabajar ahí, la primera vez que el chico estaba frente a un semblante apagado, y no le gustaba para nada.
Jiseo movió un poco su cabeza para borrar todos esos pensamientos que le nublaban la vista y sonrió levemente, poniéndose un delantal del lugar; lista para empezar a trabajar.
— No es nada, creo—tomó su celular de su mochila, rápido le escribió a su tío Baekhyun "Hoy salgo temprano." y lo guardó en su bolsillo trasero de su pantalón.
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THE BOOK ━━ Lee Heeseung
Fiksi PenggemarHwang Jiseo escribía historias. Tenia varias ideas desparramadas sobre distintos cuadernos que usaba como anotadores, y cuando había algo que le gustaba demasiado empezaba a escribirlo en su computadora hasta altas horas de la noche sin descanso. El...