Que lindo que pinta ser el amor cuando uno va en busca del otro, sin importar qué.
Heeseung corría por toda la escuela y no tenía ni idea donde podría estar la chica. Se le fue imposible encontrarla así que se rindió. Volvió al salón de clases, complemente en silencio, y no dijo ni una palabra en todo el día. Ahora eran él y sus pensamientos por el resto de las horas que estaría metido ahí.
Jiseo por su lado se había ido de allí una vez que tuvo la oportunidad. Caminaba por las calles mientras pensaba en todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Quiso llorar y ni sabía por qué. Su cuerpo quería descargar todo aquello que le venía taladrando la cabeza desde lo sucedido con Heeseung. Y entonces, para dejar de pensar en justamente el pelinegro, decidió ir al único lugar donde todo se volvía mas ligero.
— Hola, tío—saludó la chica con una media sonrisa entrando a la panadería.
— ¡Sobrina!—saludó con emoción, luego se mostró confuso, miró la hora en su reloj y volvió a poner los ojos en la menor. — ¿No deberías estar estudiando?
Jiseo le hizo un ademán de silencio con las manos, Baekhyun simplemente suspiró riendo. A pesar que no sean tío y sobrina de sangre, Jiseo tenía detalles de el mayor en su adolescencia y también algunas actitudes.
— Ah, tu padre me va a matar si te cubro de esta... Pero tengo que ser el tío buena onda—se encogió de hombros. Jiseo asintió a sus palabras colgando la pesada mochila en el perchero y luego se sentó en una silla que estaba frente a la caja registradora sin decir nada. Baekhyun notó eso. — ¿Pasó algo?
La chica tenía tantas ganas de hablar con alguien, pero sinceramente preferiría evitar que justamente un conocido de su padre sepa qué era aquello que la traía tan afligida, así que solo negó sonriendo sin mostrar los dientes.
— Día abrumador, eso es todo.
— ¿Quieres ayudarme a cobrar hoy?—consultó el mayor sin querer meterse en un lugar que no le incumbe. — Es viernes, seguro tengamos mucha gente.
— Hecho. Por algo vine aquí y no me fui con la bici al otro lado de la ciudad—soltó la pelinegra poniendose un delantal.
— ¿Tu y Daeho la siguen compartiendo?
Baekhyun empezó a llenar las góndolas del mostrador con algunos budines de sabores cítricos, a un lado de una bandeja enorme llena de galletas con una variante de decoraciones muy bellas y delicadas. Chanyeol a veces se esmeraba demasiado en decorar la comida que vendían, eso le decía Baekhyun, pero el otro solo tenía que responderle con un "Por algo vendemos tan bien."
— Ajá. Llevarlo mientras pedaleo es el peor castigo que Dios me pudo dar en la vida.
— Eso porque todavía no conociste la vida adulta, ahí ya cambiarás de opinión, sobrina.
La mañana terminó grata para ambos. Jiseo se pasó la primer parte del día agradeciendo totalmente su decisión de irse del colegio. Su celular había empezado a sonar sin parar una vez que llegó a la panadería temprano, era Taejoon, Jiseo ni siquiera los leyó que apagó el aparato y arrancó con su día.
Mientras Baekhyun atendía, preparaba algunas cosas en la cocina y anotaba todo lo que iban vendiendo para luego hacer la cuenta del día, Jiseo le cobraba a los clientes y rellenaba el mostrador cuando era necesario.
Para eso de la una de la tarde las cosas habían empezado a alocarse.
Y todo empezó justo ahora, cuando el chico de la remera de Spiderman había vuelto a aparecer.
Jiseo estaba tiesa.
— ¡Hola!—había saludado él haciendo una reverencia con total naturalidad mientras se acercaba al mostrador. Jiseo se mantenía del otro lado con un semblante intimidado de pies a cabeza.
ESTÁS LEYENDO
THE BOOK ━━ Lee Heeseung
FanfictionHwang Jiseo escribía historias. Tenia varias ideas desparramadas sobre distintos cuadernos que usaba como anotadores, y cuando había algo que le gustaba demasiado empezaba a escribirlo en su computadora hasta altas horas de la noche sin descanso. El...