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Paulina

lo empujé por el pecho tratando de alejarlo de mi

— Nico, basta —llamé

apenas aquellas palabras abandonaron mi boca, frenó su accionar y me miró

— Pau, yo... nosotros podemos —intentó hablar

— no. —lo corté— Nico, se terminó. Me tengo que ir

— te llevo. Hablemos —pidió

— no, Nico. Me voy, lejos. —intenté explicarme y su rostro se transformó a pura curiosidad— Me llegó una oferta de trabajo desde Europa, gané un concurso —sentencié

— qué? —frunció el ceño

era increíble lo fácil que se expresaba con su cara

— si. Me voy. Es tremenda oferta para mi futuro

— no, no te podes ir. Me estas jodiendo? Quédate acá, con tus viejos, con tus amigas, conmigo

— con vos? si no tengo nada con vos Nicolás. A qué querés que me quede? a ver cómo te vas con otra? —hice montoncito— Es muy tarde para que te des cuenta de las cosas, no?

mordió su labio inferior nervioso y pasó sus manos por su rostro

— Paulina, vos también me gustas. No te vayas, no me dejes solo acá —intentó tomar mis manos

sin embargo, las aparte y negué con suavidad. La decisión estaba tomada por ambas partes

— la decisión la tomaste vos cuando la elegiste a ella por sobre mi, no te parece? No estoy para escuchar cómo te victimizas en frente mio, ya somos bastante grandecitos. —me crucé de brazos— Deja la boludez. Andate, por favor, o voy a tener que pedir que te saquen

respiró profundo y, dedicándome una última mirada llena de dolor, se retiró de mi oficina. Instantáneamente me dejé caer sobre mi silla y cubrí mi rostro con mis manos tratando de no llorar

otra vez, habia dejado que un varón me decepcione. Lo deje entrar, le mostré hasta mi más dulce sentimiento para que, de nuevo, jueguen conmigo. Pero hasta acá llegó, era la última vez que le permitia a alguien hacerme esto

luego de haber aceptado aquella oferta tan importante, me propuse empezar de nuevo. Sin relaciones, sin nadie que me conozca, sin gente molesta, sin nadie

claramente iba a extrañar a mi familia y a Candela pero sabía que ellos estaban orgullosos de mi crecimiento laboral y personal

por la noche tomaría un avión, el cual me dejaría en Manchester. Allí me buscaría alguien de la empresa y me dejaría en mi departamento, todo pago por ellos. Por lo único que me tenía que preocupar era por las compras, hasta un auto me ofrecían

llegué a mi departamento con la única intención de hacer mis bolsos y mi valija con la ayuda de mi mejor amiga, sirviendonos como excusa para pasar un último rato juntas

iba a extrañar tanto pasar tiempo con mis seres queridos. Los asados de papá, las pastas caseras de mamá, las risas, las comidas, las cenas y las noches de spa con Candela, las jodas, las juntadas con el resto de mis amigas

las primeras semanas iba a estar sola, ni siquiera Tyson iba a estar conmigo ya que llegaría un tiempito después, cuando este mejor acomodada

me dolía dejar todo eso atrás

partimos al aeropuerto en el auto de Lautaro, donde nos esperaban mis viejos para despedirme

un fuerte abrazo, unas palabras emotivas y un tierno beso en la frente acompañado por lágrimas de dolor, de emoción y de melancolía

tuvimos un largo tiempo de charla antes de que el número de mi vuelo fuera llamado por el gran altavoz

con una pequeña sonrisa, me giré a verlos. Ellos eran a quienes le importaba de verdad. Las personas que realmente valían la pena tener en mi vida

mis papás, que me dieron la mejor vida posible y me vieron cumplir mis metas, Candela, mi pilar fundamental, y Lautaro, que aunque apenas lo conocía, con su honestidad y su buen corazón, se habia ganado un pedacito de mi corazón

me volví a girar y, sin dilatarlo más, me encaminé a subirme a mi avión

Nico ni siquiera había venido, por eso mismo, me daba más razones para pensar lo que pensaba de él. La verdad, le deseo lo mejor, no puedo tener rencor alguno con alguien que me hizo tan feliz, pero ya no lo queria en mi vida

quizas nos volvamos a reencontrar, más grandes, más maduros, con otro tipo de mentalidad

pero hasta ese momento, estaba dispuesta a vivir mi juventud como yo quisiera y como fuese mejor para mí

me iba dejando mi corazón en mi hermoso país y con las personas que amaba


FIN.

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LAS AMO.
Muchas gracias por todo el apoyo que recibió la historia, espero que la hayan disfrutado muchísimo

y quién sabe, si la gente lo pide, a lo mejor, hay segunda temporada

cuídense muchísimo.
Repito, las amooo

— Lola 👤

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𝖵𝗂𝗅𝗅𝖾𝗋𝗈 | Nicolás Otamendi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora