Capítulo 6

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El viaje de regreso a Aeloria fue largo pero lleno de un nuevo tipo de esperanza. Aunque estaban exhaustos por las innumerables batallas y desafíos que habían enfrentado, el grupo sabía que habían cumplido con su misión más crucial. La paz estaba restaurada, y los reinos volverían a vivir bajo la protección de los dragones, gracias a sus esfuerzos.

Cuando las puertas de Aeloria finalmente se abrieron para recibirlos, el reino entero estalló en un grito de victoria que resonó desde los más pequeños hasta los más ancianos. La alegría era palpable en el aire, una mezcla de alivio y celebración por el regreso de su príncipe y su grupo victorioso. Las calles estaban llenas de gente que vitoreaba, ondeaba banderas y lanzaba flores al paso del grupo. Era un recibimiento digno de héroes.

Kael, aunque agradecido por la calidez de su gente, apenas podía sostenerse en la silla de su caballo. El peso de las misiones, las pérdidas sufridas y las decisiones difíciles que había tomado, lo habían agotado más de lo que él mismo se había permitido reconocer. A su lado, Elara mantenía la cabeza en alto, aunque en sus ojos se veía el mismo cansancio que sentía Kael. Galen y los guardias, aunque sonreían, no podían ocultar las marcas de las batallas en sus cuerpos y en sus espíritus.

—¡Larga vida al príncipe Kael! ¡Larga vida a nuestros héroes! —gritaban las multitudes mientras el grupo avanzaba hacia el palacio.

Finalmente, cruzaron las puertas doradas del palacio, el hogar de Kael, y un lugar que no había visto en lo que parecía una eternidad. Los sirvientes se inclinaron profundamente mientras el príncipe y su séquito pasaban, pero Kael apenas podía mantener la compostura.

Sin decir una palabra, se dirigió directamente a sus aposentos, dejando que Elara y los demás se encargaran de las formalidades y los informes iniciales. Una vez dentro de su habitación, cerró la puerta detrás de él y se dejó caer en su cama con un suspiro profundo. La suave tela de las sábanas y la familiaridad de la habitación lo envolvieron, pero no le ofrecieron el consuelo que buscaba.

Por primera vez desde que había comenzado la misión, Kael se permitió un momento de debilidad. El peso de la responsabilidad, las pérdidas que había sufrido, y sobre todo, la muerte de su padre, un dolor que había reprimido durante tanto tiempo, lo alcanzaron de golpe. Con los ojos cerrados, sintió cómo las lágrimas comenzaban a caer silenciosamente, sin siquiera hacer un esfuerzo por detenerlas. Era un llanto silencioso, un desahogo de todo lo que había guardado dentro de sí mismo.

Sabía que el reino necesitaba su fortaleza, pero por este breve momento, permitió que la humanidad de su dolor lo dominara. Sabía que su padre estaría orgulloso de él, pero eso no hacía menos dolorosa la ausencia que ahora sentía tan agudamente.

Después de lo que pareció una eternidad, el cansancio lo venció, y se quedó dormido, aún con la ropa de batalla, sin haber siquiera deshecho su cama. Dormir era lo único que su cuerpo podía permitirse en ese momento, un escape necesario antes de enfrentar las nuevas responsabilidades que lo esperaban.

No supo cuánto tiempo había pasado cuando finalmente se despertó, pero sentía que algo de la carga emocional había sido aliviada. No del todo, pero lo suficiente como para levantarse y cumplir con su deber.

Una llamada en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Príncipe Kael, los ancianos y los estrategas lo esperan en la Cámara de Estrategias —informó un sirviente.

Kael asintió, se enderezó y, con un profundo suspiro, salió de sus aposentos. Sabía que el reino lo necesitaba, y él estaba dispuesto a responder al llamado, como siempre.

En la Cámara de Estrategias, lo esperaban Elara, Galen, los ancianos y los mejores estrategas del reino. Era un lugar austero pero imponente, con un gran mapa del reino extendido sobre una mesa de madera, rodeado por asientos de piedra. Las paredes estaban adornadas con tapices que contaban historias de antiguas batallas y alianzas, un recordatorio constante de los desafíos que Aeloria había enfrentado a lo largo de los siglos.

NEXORIA -Guerra De Titanes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora