—Así que quieres aprender sobre fantasmas, ¿eh?—menciona el profesor Kurosawa.
—No soy yo exactamente, es una conocida. La instruí en la medida de lo posible con mis propios conocimientos; sin embargo, despertó mi interés en el tema. Creo que es una buena oportunidad para escribir una crónica interesante—me cruzo de brazos.
El profesor Kurosawa le da una larga inhalada a su kiseru, una delgada pipa que se ha vuelto popular últimamente entre la gente. Lo conocí antes de llegar a Yanagawa, gracias a un contacto que me aseguró que podría sacar buenas historias de él.
Es un inventor con cierto renombre en el imperio de Kimonai. Si bien no es de los mejores, defiende bien su título. Sin embargo, ha sido algo marginado por la comunidad de su mismo gremio debido a cierta fascinación que posee por el conocimiento e investigación paranormal.
A menudo se le ve con sus acompañantes viajando a lugares que se presumen embrujados. El hecho de que la situación de la señorita Kyoko y mi encuentro con el profesor se dieran a tan escasas horas es una coincidencia muy oportuna. Demasiado, diría yo.
Mis intenciones eran escribir sobre algunos inventos que tiene en su haber, pero gracias al ritual de purificación que va a llevarse a cabo hoy por la noche en la plaza central, la conversación dio un giro drástico, llevándonos al terreno de los fantasmas.
Si bien conozco historias y estoy empapado del suficiente conocimiento para aconsejar a Kyoko, lo cierto es que hay muy poca gente tan versada en el tema como lo es el profesor Kurosawa.
—Supongo que el ritual de purificación despertó tu interés, muchacho—señala hacia la plaza, donde algunas criadas de una importante casa terminan de construir un altar ceremonial antes de que el sol empiece a ponerse.
—Es correcto, señor Kurosawa. De hecho, mi conocida es quien hará parte del ritual como sacerdotisa.
El profesor arquea una ceja, interesado en mis palabras.
—¿Qué clase de fantasma están intentando ahuyentar—pregunta, dándole otra inhalada al kiseru.
—Un ubume—aseguro.
—¿Un ubume? Ja, es mucho escandalo para tratarse de eso. Hay formas mucho más sencillas de deshacerse de un ubume, aunque no puedo decir que se estén equivocando al hacer el ritual.
En ese momento, uno de los asistentes del profesor se acerca a nosotros.
—Señor Kurosawa, lamento la molestia. Logré encontrar el domicilio que me pidió. Se encuentra a un par de calles de aquí, cerca del río.
Tuerzo la mirada al escuchar hablar sobre el río. El día de ayer intenté visitarlo en lo que creí que sería una oportunidad ideal para escribir con inspiración. En lugar de eso, caí al caudal del mismo, que se ha convertido en un auténtico peligro para la ciudad. La incesante lluvia solo lo ha alimentado, y el riesgo de que se desborde está latente.
—¿Cerca del río? Se tardaron mucho para dar con la dirección. Joven Yamamoto, estaba por ir a investigar un par de sucesos que acontecen en una casa, ¿quiere acompañarnos?—me pregunta el profesor.
—¿Qué clase de sucesos?
—Paranormales. El ubume con el que lidia su conocida no es el único espectro que vaga por la ciudad. El domicilio del que le hablo, en particular, tiene cierta fama reciente entre vecinos. Una tenebrosa, para ser precisos—explica Kurosawa.
—Bueno, hacer de investigador paranormal no estaba en mis planes hoy, pero la situación me ha despertado curiosidad por ver de primera mano su trabajo, profesor. Los acompañaré—afirmo luego de pensarlo un momento.
ESTÁS LEYENDO
Balada De Flores Lunares © | Tsuki no hana no barādo | 月の花のバラード
Fantasy«La luna cayó a la tierra. El sol no la buscó; y cuando se encontraron de nuevo, una balada de flores lunares la espada cantó». Tsukigami, la dulce diosa lunar, está enamorada de Taiyokami, el dios solar. La cruda naturaleza de sus seres solo les pe...