15 - Capítulo 12: Bendice a la oni

30 7 2
                                    

La oni truena sus dedos sin dejar de sonreír. La expresión de su cara no es precisamente amistosa, cosa que me tiene muy preocupada. Ella da un salto sobre Suna, recupera su katana, y vuelve a retroceder con agilidad. Sus movimientos son veloces, fluidos y me atrevo a decir que hasta artísticos.

—Mmmh, ya veo, tú eres guardaespaldas de mi presa, ¿no es así?—pregunta la oni, meneando sus caderas de forma burlona.

Suna no se deja intimidar y mantiene su espada firme.

—Eso no te concierne.

—Oooooh, ya veo. Qué lástima, esperaba que pudiéramos ser amigas—la oni vuelve a mofarse.

—¿Quién eres y a que has venido? De acuerdo a tu respuesta, puedo considerar dejarte escapar—amenaza Suna.

Con una velocidad impresionante, la chica demonio sale disparada hacia nosotras, evitando las defensas de mi compañera y posándose detrás de ella.

—Llámame Kurogane, es un placer. Y estoy aquí porque ciertos dioses me enviaron a encargarme de tu protegida.

Siento un hueco en el estómago al escuchar la respuesta de quien ahora sé que es una enemiga. Mis pensamientos se dirigen de inmediato a Taiyokami. Él... él no pudo haber ordenado esto, ¿o sí?

Suna me dirige una mirada, como si hubiera percibido mi desilusión.

—De forma educada y respetuosa, te pido que te marches. La mujer a quien buscas no tiene la manera de defenderse, y seré yo quien hable por ella en esta situación.

Kurogane sonríe, mostrando sus colmillos de forma amenazante. De un movimiento desenvaina su katana, lista para enfrentarse a Suna.

—¡Esperen, no tienen que hacer esto!—intervengo, nerviosa.

—Quédate detrás de mí, Tsukigami. No soy tan débil—ordena ella.

Suna se lanza de inmediato, blandiendo su espada con velocidad y gracia. Sus pasos son firmes y resuenan en el agua que inunda las calles. Kurogane por su parte espera paciente a que mi compañera la alcance antes de detener el tajo de su espada sin esfuerzo.

—Aaaaah, que aburrido. —la oni bosteza de manera burlona— ¿Y te haces llamar guardaespaldas?

—Fuerte. Soy muy fuerte. La más fuerte—clama Suna para ella misma.

—Je, eres divertida. Por fortuna, no tengo que matarte, podemos divertirnos hasta el amanecer—Kurogane deja de bloquear la espada de la samurái, dando una vuelta sobre su eje para atacar.

Suna cubre su cuerpo, intentando evitar el filo de la oni.

—Mira, no quiero perder mi tiempo contigo. Tengo un trabajo y lo voy a cumplir...

Las palabras de la chica son interrumpidas cuando Suna empuña su arma para lanzar un tajo vertical en dirección hacia arriba. Kurogane abre los ojos con sorpresa, moviendo su rostro hacia atrás para evitar ser cortada. Lo único que la espada de Suna logra segar es un pequeño mechón de cabello.

Ella retrocede con interés, meneando sus caderas de nuevo.

—Asombroso, sin duda alguna. Es la primera vez en mucho tiempo que alguien logra casi conectar un ataque.

Suna no le da espacio para seguir hablando. Por el contrario, se lanza con velocidad, balanceando su espada. Kurogane bloquea todos los ataques, haciendo sonar ambas katanas en el velo de la noche.

—Eres muy agresiva, ¿tanto te molesta que quiera cortarle la cabeza a tu amiguita?—la oni la provoca.

Suna aprieta el mango de su arma, intentando reprimir sentimientos negativos que puedan afectar su rendimiento. Ella continúa atacando sin éxito.

Balada De Flores Lunares © | Tsuki no hana no barādo | 月の花のバラードDonde viven las historias. Descúbrelo ahora