Capitulo IX - El despertar de la pesadilla

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La pantalla del noticiero parpadeó antes de estabilizarse, mostrando el rostro tenso del presentador. Las luces del estudio titilaban como si compartieran la inquietud que flotaba en el aire. Detrás de él, el mapa del mundo aparecía repleto de puntos rojos, marcando el caos que ahora se extendía como una enfermedad.

—Lo que estamos a punto de mostrarles —dijo el presentador, la voz rota por el temor— no es un informe común. Les advertimos que las imágenes pueden ser perturbadoras.

La pantalla cambió de inmediato, revelando imágenes desoladoras de la ciudad de Lima, Perú. Donde antes se alzaba una metrópolis bulliciosa, ahora solo quedaban restos envueltos en una pesadilla vegetal. Raíces gigantescas atravesaban los edificios, arrancando ventanas, techos y paredes como si fueran de papel. La cámara temblaba mientras intentaba seguir los movimientos de las raíces, que se deslizaban con un propósito desconocido pero insidioso. Las calles estaban vacías de vida, como si la misma ciudad hubiera sido drenada.

—Hace unas horas, esta ciudad estaba intacta —explicó el presentador en un tono bajo y solemne—. Ahora, parece como si la propia tierra hubiera decidido devorarla.

El video dio paso a una grabación más caótica, filmada desde el suelo, en lo que parecía ser el interior de una casa. Las paredes temblaban, y una mujer sollozaba mientras intentaba proteger a su hijo pequeño. El suelo se abrió bajo ellos, y una raíz gigantesca irrumpió, moviéndose con una velocidad sobrenatural. Antes de que alguien pudiera reaccionar, la planta atrapó a la mujer por la pierna, arrastrándola fuera de la cámara en un abrir y cerrar de ojos. El niño gritó, pero no hubo más tiempo para verlo, pues la transmisión se cortó bruscamente.

El presentador volvió a aparecer en la pantalla, el sudor perlaba su frente. Tragó saliva visiblemente.

—Este... esto ha sucedido en múltiples lugares alrededor del mundo. No se trata de fenómenos aislados. Hemos recibido reportes desde la Amazonía, el norte de Canadá, y hasta en el corazón de la India. Pero los detalles más perturbadores vienen de los que han logrado sobrevivir a un encuentro directo con... Esa cosa.

—Según los sobrevivientes —prosiguió—, la planta no solo destruye. Parece alimentarse de todo lo que toca. Han reportado ver animales y personas atrapados entre las raíces, pero... no los mata de inmediato. Los mantiene vivos, para poder drenarlos.

La pantalla mostró imágenes granulosas de satélite, con manchas gigantes de vegetación moviéndose lentamente sobre diferentes partes del planeta. Un mapa del mundo apareció detrás del presentador, cubierto de manchas oscuras que marcaban los puntos de los recientes brotes. África, Sudamérica, el sudeste asiático, Europa del Este. Ningún lugar parecía estar a salvo.

—Algunos científicos de Monarch creen que lo que estamos viendo es una forma de vida completamente nueva, o peor aún, algo que ha sido despertado por los recientes conflictos entre los titanes. Pero otros... otros están convencidos de que esto no es de nuestro mundo. 

El presentador tragó saliva antes de continuar.

—Esta es una advertencia. Si ven algún indicio de estas plantas en su área, no intenten combatirlas. No intenten acercarse. Múltiples gobiernos están movilizando fuerzas, pero hasta ahora... nada parece detener su avance.

De repente, la transmisión se cortó, pero esta vez, el silencio que siguió fue aún más inquietante. Solo la respiración contenida del presentador volvió, mientras la cámara enfocaba su rostro una vez más. Sin guion, sin saber qué decir.

—Esto... —titubeó— esto es una pesadilla.

Cortaron nuevamente, esta vez mostrando a una reportera en un pueblo costero en el norte de Japón. Su voz estaba cargada de terror palpable mientras narraba el escenario frente a ella, un pueblo entero ahora atrapado en una red de raíces gigantes.

Godzilla: El despertar de la pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora