un cazador de demonios en Hazbin Hotel

Capitulo 1: un infierno desconocido

El rugido ensordecedor de un demonio resonaba en las entrañas de un viejo edificio en ruinas. Cada golpe de sus garras sacudía las paredes y enviaba escombros volando. Dante, con su gabardina agitándose por sus ágiles y rápidos movimiento y su mirada desafiante, se mantenía firme. Su espada, Rebellion, brillaba con una luz que recorría cada parte de su afilada hoja mientras cortaba a través del aire, provocando múltiples cortes en cada parte del cuerpo del enorme monstruo.

El demonio, con una voz llena de furia, gritó:
- ¡Eres una molestia para mí, hijo de Sparda! Voy a destruir cada parte de tu maldita existencia!

Dante, con una sonrisa burlona en su rostro, esquivó el zarpazo del demonio con facilidad saltando en el aire y cayendo perfectamente de pie varios metros lejos del demonio, los ojos azules del peliblanco se fijaron en la expresión de furia que tenía su oponente, y esto solo le parecía más divertido.

- ¿Frustrado, grandullón? -dijo. - Parece que tu boca es más grande que tu fuerza.

El demonio gruñó y arremetió con una serie de ataques frenéticos, sus garras enormes se balanceaban con velocidad cortando en el aire, múltiples escombros eran destruidos, el edificio temblaba por completo apenas pareciendo aguantar, pero ninguno de sus ataques impacto en el cazador.

- ¡Tú no entiendes nada! No sabes con quién te estás metiendo. Te arrepentirás de haberte cruzado en mi camino!

Dante se movía con agilidad, respondiendo con un rápido contraataque.

- Entiendo lo suficiente para saber que eres un tipo aburrido... ¿Es todo lo que tienes para ofrecer?

Cada palabra parecía enfurecer más al demonio. Incapaz de manejar la presión, el ser comenzó a conjurar una poderosa magia. El aire a su alrededor se distorsionaba y un portal de oscuridad se abría, expandiéndose como un vórtice de sombras.

- ¡Esto se acabó! -rugió el demonio. - ¡Si no puedo derrotarte, al menos te enviaré a un lugar donde no puedas seguir molestando!

Dante lo miró con cierta indiferencia , Pero también curiosidad mientras el portal se acercaba, cuando comprendió de que se trataba decidió que quizás era momento de terminar esto, pero antes de que pudiera reaccionar, el demonio lo empujó con una fuerza abrumadora hacia el portal.

- ¡Nada va a impedirme que obtenga el poder para dominar este mundo, ni siquiera tu, hijo de Sparda!

Dante trato de poner resistencia mientras era absorbido por el torbellino de oscuridad. La sensación de ser arrancado de su mundo y lanzado a través de un abismo de vacío y distorsión era tan poderosa que lo hizo perder el sentido del tiempo y del espacio.

Cuando finalmente el torbellino de oscuridad comenzó a disiparse, Dante se encontró en un lugar completamente diferente. Un paisaje infernal se desplegaba ante él: un mundo de tonos rojizos y dorados, con cielos perpetuamente encendidos y un ambiente cargado de decadencia y caos. Pero no termino de procesar todo cuando notó que estaba cayendo sin control hacia lo que parecía ser una extraña ciudad infernal, a último momento logro equilibrarse en el aire, sus pies tocaron el suelo y este lentamente se enderezó, sacudiendo el polvo de su gabardina y mirando a su alrededor con cautela.

- dónde diablos estoy... Esto no es el Inframundo. -murmuró. - ese idiota... Cuando lo encuentre voy a llenar su cara horrible con plomo.

Las calles estaban plagadas de demonios que se movían con una mezcla de desdén y curiosidad, el peliblanco empezó a ver detenidamente sus alrededores tratando de pensar en que haría ahora, veía a los habitantes que lo rodeaban, todos ellos tenían una extraña energía demoníaca, muy diferente a los de su mundo, mucho más débiles, algo que de cierto modo llamó su atención.