capitulo 4: La princesa y el cazador

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El ambiente en el hotel estaba tenso. Después del enfrentamiento en la embajada celestial, la amenaza de Adam y Lute seguía colgando sobre sus cabezas como una sombra inminente. Las luces neón del Hotel brillaban con un destello débil, mientras los residentes trataban de asimilar lo que se avecinaba. Charlie y Dante estaban en la sala común, donde los demás también se habían reunido. La princesa del infierno había convocado a todos para ser honesta acerca de la gravedad de la situación.

Charlie se levantó de su silla, mirando a todos con una expresión de preocupación que nunca antes había mostrado tan claramente. Su habitual optimismo parecía haber sido reemplazado por una seriedad que llamó la atención de todos. Dante estaba a su lado, apoyado contra la pared con los brazos cruzados, mostrando su habitual aire despreocupado, aunque por dentro sabía que el asunto era grave.

-Tengo que ser sincera con todos ustedes -comenzó Charlie, su voz suave pero cargada de un peso emocional que resonaba en el silencio de la sala-. Lo que ocurrió con Adam no es solo una advertencia... Adam nos dejó claro que el exterminio será adelantado. Solo tenemos seis meses antes de que ocurra de nuevo.

Alastor, siempre con su sonrisa permanente y sin perder su siniestra calma, inclinó levemente la cabeza hacia un lado, como si la noticia le causara una curiosidad más que una preocupación.

-¡Ah! El exterminio adelantado... qué emocionante. Me pregunto cuántos de nosotros lograrán sobrevivir esta vez. -Sus palabras cortaron el aire con una frialdad casi burlona.

Angel Dust, sentado en el sofá con las piernas cruzadas y una expresión de aburrimiento, dejó escapar un suspiro mientras jugaba con un cigarrillo entre sus dedos.

-¿Seis meses? Pfft, no es como si no hubiéramos pasado por esto antes. Solo es otro maldito día en el infierno. -Su tono desinteresado contrastaba con la seriedad del momento, aunque sus ojos traicionaban una leve preocupación.

Husk, bebiendo de su vaso con los ojos medio cerrados, solo murmuró desde su esquina:

-Tsk... siempre es lo mismo. No importa cuánto tiempo tengamos, solo significa más problemas.

Niffty, por su parte, revoloteaba por la habitación, arreglando cosas de manera compulsiva, pero se detuvo por un momento al escuchar a Charlie. Su pequeño rostro reflejaba una mezcla de inquietud y nerviosismo.

-¿Seis meses? ¡Eso no es mucho tiempo! ¡Tenemos que prepararnos! ¿Quizá con un poco de limpieza por aquí podríamos sobrevivir mejor?

El ambiente se tornaba cada vez más denso, hasta que Vaggie, que había permanecido en silencio, dio un paso al frente, sus ojos encendidos por la ira. Dirigió su mirada directamente a Dante, quien seguía apoyado en la pared con una expresión indiferente.

-¡Todo esto es por culpa de tu imprudencia, Dante! -espetó, su voz llena de frustración-. Si no hubieras actuado sin pensar, si no hubieras provocado a Adam, no estaríamos en esta situación. ¡No puedo creer que Charlie siga defendiendo tu comportamiento!

Dante levantó una ceja, sin moverse de su posición, pero la tensión en su postura era palpable. Aún así, antes de que pudiera responder, Charlie intervino, levantando una mano para detener a Vaggie.

-¡Vaggie, basta! -La voz de Charlie temblaba ligeramente, pero se mantenía firme-. Esto no es culpa de Dante. Él solo me estaba defendiendo, ¡defendiendo a todos nosotros! Si Adam decidió adelantar el exterminio, es porque ya lo tenía planeado, no por lo que Dante hizo.

Vaggie se giró hacia Charlie, sus ojos llenos de incredulidad y enojo.

-¡¿En serio vas a defenderlo después de lo que pasó?! ¡Podría habernos condenado a todos con sus acciones! ¡No podemos arriesgarnos de esta manera, Charlie!

Un cazador de demonios en Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora