Capitulo 11: Entre Ángeles y Demonios

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El cazador de demonios estaba de pie en su habitación, mirando hacia sus relucientes pistolas que había dejado sobre la cama. Rebellion, su fiel espada, estaba recostada contra la pared. Había accedido a no llevarlas por petición de Charlie, aunque esa sensación de estar sin ellas le hacía sentir algo expuesto. Mientras se cruzaba de brazos y les dedicaba una mirada nostálgica, murmuró para sí mismo:

-No se preocupen, chicas. No las dejaré solas por mucho tiempo.

Se permitió una ligera sonrisa, recordando las incontables batallas donde siempre habían estado con él. Pero algo más le inquietaba. Desde aquella noche en el club con Charlie, había estado teniendo visiones de Vergil, su hermano. Esas visiones se sentían demasiado reales, como si su mente estuviera enviándole advertencias. Se sentía como cuando solía tener esas pesadillas donde revivía la muerte de su madre. El recuerdo de Vergil siempre estaba presente, pero esta vez, era como si algo estuviera por ocurrir.

Dante suspiró pesadamente y se puso la gabardina. El tiempo estaba llegando y necesitaba mantenerse enfocado en la misión de Charlie. Había decidido acompañarla en este viaje al cielo, aunque parte de él todavía tenía dudas sobre cómo serían recibidos. No todos los días uno sube al cielo desde el infierno, especialmente con un pasado como el suyo.

Mientras tanto, en la habitación de Charlie, estaba siendo acompañada por Vaggie, quien permanecía inquieta. Charlie estaba sentada frente al espejo, arreglándose con calma mientras hablaba sobre la importancia de lo que estaba a punto de hacer.

-Esta es nuestra última oportunidad, Vaggie... Si todo sale bien, finalmente podré convencer al cielo de que la redención es posible, que los pecadores pueden cambiar. -dijo Charlie, con una mezcla de emoción y nerviosismo en su voz.

Vaggie, por su parte, fingía estar distraída, buscando cualquier excusa para no involucrarse más de lo necesario. Era evidente que su relación con Charlie no era la misma desde que Dante había llegado, y eso la hacía sentir incómoda. Al final, Vaggie suspiró y admitió, con una pequeña sonrisa amarga:

-Sabes que soy terrible para mentir... La verdad es que no me siento del todo preparada para esto. No es que no te apoye, pero no sé si puedo estar ahí contigo de la misma manera que antes.

Charlie, que había notado la distancia entre ambas, la miró con comprensión. A pesar de todo, sonrió suavemente y le respondió:

-Te necesito, Vaggie. Sé que las cosas no han sido fáciles entre nosotras últimamente, pero tu apoyo significa mucho para mí. Esta misión es algo más grande que nosotras dos, y tenerte a mi lado me dará fuerza.

Vaggie, después de unos segundos de silencio, se dio cuenta de lo sincera que era Charlie en sus palabras. Aunque las cosas hubieran cambiado, ella seguía siendo importante y no quería dejarla sola en un momento así. Finalmente, asintió y luego suspiro suavemente.

-"Está bien... Iré contigo. Supongo que alguien tiene que asegurarse de que no se metan en problemas."

Charlie sonrió con gratitud y se levantó del asiento. Se acercó a Vaggie y le dio un abrazo rápido pero lleno de afecto. A pesar de las diferencias, seguían siendo un equipo.

Minutos más tarde, Dante, Charlie y Vaggie se encontraron en el pasillo principal del hotel. Charlie lucía feliz y un tanto nerviosa, mientras Dante y Vaggie se mostraban más reservados. Cuando los tres estaban listos, Dante tomó una bocanada de aire, bromeando un poco para relajar el ambiente:

-¿Listos para subir al cielo? Porque yo no tengo mucha experiencia en ser bienvenido en estos lugares.

Charlie soltó una risa nerviosa y respondió con una sonrisa:

Un cazador de demonios en Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora