Capitulo 9: camino al cielo

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Después de la breve interacción entre Dante y Lucifer, Charlie retomó el hilo de las presentaciones, esforzándose por mantener la compostura.
-Papá, este es Sir Pentious... -dijo con una ligera sonrisa, aunque en su tono se percibía algo de duda.

Sir Pentious, fiel a su estilo, intentó hacer una reverencia exagerada, pero en su torpeza, terminó golpeándose de lleno contra la mesa de bocadillos. Las bandejas volaron, esparciendo comida por todas partes. Alastor soltó una carcajada maliciosa desde su esquina, disfrutando del caos que Sir Pentious había creado sin darse cuenta.

-¡Mil disculpas, su majestad! -exclamó Sir Pentious, todavía medio aturdido mientras se tambaleaba.
Lucifer lo miró de reojo con una ceja levantada, pero no dijo nada, manteniendo su habitual actitud tranquila.

Charlie suspiró, tratando de ignorar el desastre.
-Este... bueno, sigamos. Papá, él es Angel Dust.

Angel Dust avanzó con su típico andar desenfadado y una sonrisa descarada.
-¿Qué tal, papacito? -dijo guiñando un ojo y lanzando un beso al aire.

Charlie se tensó, esperando lo peor. Pero Lucifer, sorprendentemente, solo frunció ligeramente el ceño, devolviendo una mirada fría y evaluadora.
-Interesante grupo de amigos tienes, querida -murmuró, volviendo la mirada hacia Charlie, quien sonrió nerviosamente.

Dante, apoyado en una pared con los brazos cruzados, observaba con diversión. "Vaya, pensé que Angel se iba a ganar un sermón eterno" pensó. Pero Lucifer parecía estar guardando su verdadera opinión.

-Y aquí tenemos a Husk -interrumpió Charlie rápidamente, señalando al cantinero, que en ese momento estaba sirviendo un trago.
Husk levantó la vista, dio un leve gruñido de reconocimiento y volvió a su tarea. Lucifer apenas le dedicó una mirada antes de girarse hacia el siguiente.

Niffty, sin esperar a que Charlie dijera nada, ya había saltado hacia Lucifer, agarrándose con agilidad a su gabardina blanca.
-¡Me encanta limpiar! -chilló con una risa infantil mientras se colgaba de su traje. Sus ojos brillaban mientras lo miraba como si fuera el "chico malo" que tanto adoraba.

Lucifer la miró, claramente incómodo, pero decidió no apartarla.
-Bueno, es... encantador ver tanto entusiasmo por la limpieza -dijo con una leve sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

Dante observaba la escena, ligeramente incómodo por lo que veía. "Para ser el infame Lucifer, parece bastante... amigable. O tal vez solo lo disimula por Charlie."

Finalmente, después de lo que parecieron siglos para Charlie, todas las presentaciones terminaron. Lucifer, ahora de pie en el centro de la sala, se cruzó de brazos, mirando a su hija con una expresión que mezclaba curiosidad y seriedad.
-Querida, ya que todos estamos aquí, ¿por qué no me cuentas el verdadero motivo de mi visita? -dijo, su mirada pasando brevemente por Dante antes de regresar a Charlie. Su tono era frío, pero intrigado.
-¿Tienes algo en mente que quisieras discutir?

Charlie tragó saliva, sabiendo que el momento había llegado.
-Sí, papá... quería hablarte sobre el Hotel y lo que he estado haciendo aquí. Creo que... que es posible la redención para los demonios -respondió con un tono suave, pero decidido.

Lucifer arqueó una ceja, claramente no muy convencido.
-¿Redención?- repitió, arrastrando la palabra como si la estuviera probando por primera vez en siglos.
-¿De verdad crees que puedes cambiar a los demonios? ¿A estos demonios? -preguntó, mirando de nuevo al grupo, particularmente a Angel Dust, que en ese momento estaba tirado sobre un sillón, jugueteando con su pistola.

Angel Dust, notando la mirada de Lucifer, simplemente sonrió de manera provocativa.
-¿Qué? No puedes negar que soy una belleza, viejito -dijo con una sonrisa descarada.

un cazador de demonios en Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora