Capitulo 19

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Ramsey llamó a la puerta del hotel una hora más tarde, bolsas en mano. Lauren salió para tener una conversación en privado con su teniente, me pasé los siguientes
minutos eligiendo entre la ropa y me puse unos pantalones de mezclilla, una camiseta con el logo de la empresa de Lauren en ella, y unas bragas nuevas. Incluso había un
par de zapatos Keds. Lindo.

Metí mi celular en el bolsillo trasero del pantalón y de inmediato comenzó a vibrar. Sorprendida, lo saqué y me quedé mirando la pantalla. Se leía Gis-celular. Levanté la tapa y contesté cautelosamente.

—Giselle, ¿dónde estás...?

—Hola, Camila. —La voz era excesivamente dulce, petulante. No la reconocí, y seguro que no era Giselle. Había algo en el tono que me inquietaba.—Quédate tranquila y
escucha lo que digo, o tu hermana Sara morirá.

Me quedé helada, la oscuridad arrastrándose ante mis ojos. El aire salió de golpe de mis pulmones. ¿Quiénes tenían a Sara? Ramsey la estaba manteniendo a salvo...

Eché un vistazo al pasillo, donde lo acaba de ver, luego tragué saliva.

—¿Quién es?

—Soy Arabella. ¿Me recuerdas?

—Me acuerdo de ti. —Miré hacia la puerta, pero ellos seguían murmurando afuera. Me pasé al baño y cerré la puerta detrás de mí.
—¿Tienes a Sara?

—Sí —alardeó ella. —Y a tu jefa, también, quienes están pasando por un terrible dolor en este momento. ¿Quieres hablar con ella?

Dios, no. Pero esa no era una buena respuesta.

—Sí.

Había un poco de estática, y luego escuché un gemido de dolor, seguido de un sollozo. ¿Giselle? El teléfono se apartó y escuché la suave risa de Arabella.

—Ups. Suena como que no puede tomar la llamada justo ahora. Que lástima.

—Déjame hablar con Sara.

—Ella está inconsciente por el momento.

Mi corazón se paralizó.

—Si le has hecho daño...

—No lo he hecho todavía.
—interrumpió. —Por lo menos no demasiado. Voy dejarle eso a la manada de lobos, ya que ellos están muy acalorados y molestos por
encontrarla. ¿A menos que tú y yo queramos arreglar algo?

Cada parte de mi cuerpo quería aventar el teléfono.

—Sí —dije rechinando los dientes.
—¿Qué quieres?

—Bien. —Sonaba complacida.
—Si quieres que tú hermana viva, necesito que hagas un par de cosas.

Vacilé.

Giselle lanzó un grito de dolor en el fondo y eso me hizo decidirme, aunque tenía una horrible sensación en el estomago de que esto no iba a salir bien.

—Escucho.

—Quiero que nos encontremos —dijo calmadamente, como si estuviera hablando de una cita para cenar.
—A solas. Voy a enviarte un mensaje de texto con la dirección, y quiero que estés ahí en media hora. Si llego a olfatear que alguien está ayudándote o acompañándote, le cortaré la garganta a Sara. ¿Entendido?

Tragué saliva.

—Iré sola. —No sabía cómo iba a escapar de Lauren, pero no iba a defraudar a Sara.

—Bien. —Se rió entre dientes.
—Está ahí en media hora o empezaré a afilar los dedos. Y las garras. Tu pequeña hermana no puede permitirse el lujo de perder más tiempo.

Puma (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora