Capítulo 20.

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De madrugada, y después de unas horas ciertamente intensas, un mensaje llegó al teléfono de Minho, haciendo que este se despertara por el sonido de la notificación. Antes de agarrar el teléfono para leer aquel mensaje, echó un vistazo al rostro de Jisung, el cual era iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba entre las cortinas de aquella habitación. El rostro del menor descansaba sobre su pecho. Su respiración era calmada, y sus labios permanecían entreabiertos. Pudo ver también aquellas recientes marcas en su cuello, y es que sí, habían mantenido relaciones pese  a que Minho lo tenía totalmente prohibido, pero trataron de mantener las posturas más cómodas y en las que Minho tuviera que hacer el menor esfuerzo posible. 

Tras dejar un pequeño beso en la frente de Jisung, extendió su brazo y agarró su teléfono, lo desbloqueó y leyó el siguiente mensaje:

"Disfruta de los últimos días que te quedan Lee Minho, pues pronto te mataré. Aunque primero mataré a ese protegido tuyo, ¿cómo se llamaba? Ah, cierto, Han Jisung. Lo haré frente a tus propios ojos, para que lo veas sufrir hasta el último de sus alientos. Te haré sufrir tanto, que desearás no haber nacido. Y no pienses en esconderte, yo siempre te encontraré"

Tras leer ese mensaje, Minho se quedó mirando a la pantalla de su teléfono. No sabía de quién podía tratarse exactamente. ¿Su padre? ¿Mingyu? ¿La familia Hwang? Habían demasiadas opciones, y encontrar la respuesta correcta en ese momento era algo complicado. Algo nervioso, volvió a dejar su teléfono en las mesita de noche, agarró una bata de seda color negro, un paquete de cigarrillos y un encendedor y salió al balcón tratando de no hacer demasiado ruido para no despertar a Jisung. 

Al salir, Minho puso un cigarrillo en su boca y lo encendió. Hacía mucho tiempo que no fumaba, y si lo hacía, era porque estaba nervioso o estresado. No entendía por qué le querrían hacer eso, y mucho menos a Jisung. A Minho le importaba más bien poco si le hacían daño a él, pero no perdonaría jamás a aquellos que dañaran a Jisung, y haría que pagaran con su vida el dolor que le causen.

La rabia llenaba por completo su cuerpo. Estaba por maldecir de la manera más grande y ofensiva jamás escuchada, hasta que una voz se oyó detrás suya.

-No sabía que fumabas... -Jisung apareció vestido con una camiseta ancha perteneciente a Minho y la ropa interior del menor(la camiseta le llevaba hasta los muslos),  y se puso a su lado-

-Solo lo hago cuando estoy frustrado o estresado. Hace mucho que no lo hacía. -Dijo dándole una calada al cigarrillo-

-¿Y qué ha pasado para que estés así?

-No es nada importante, puedes estar tranquilo.

-Quiero que me digas la verdad. -Minho suspiró-

-He recibido unos mensajes... Bueno, unas amenazas más bien, y dicen que te harán daño.

-¿No sabes quien lo mandó?

-No, no lo se. Pero lo voy a averiguar, y pagaran con su vida por haber insinuado que te tocarían un solo pelo. -Apretó los puños-

-Relájate Minho, se que nadie me hará daño mientras tú estés aquí. -Comenzó a acariciar sutilmente el cabello del mayor-

-Juro que si alguien te hace algo les destruiré.

-No tengo duda de eso. -Sonrió- Pero no quiero que te pase a tí algo solo por protegerme a mí. Recuerda que yo también tengo que protegerte.

-No me importa poner mi vida en riesgo si es para salvar la tuya.

-¿Siempre dices lo mismo a todo el mundo?

-No, esto solo te lo digo a ti. Porque eres muy especial para mí, y no quiero perderte. 

▶Guardaespaldas por error◀|Minsung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora