Capítulo 18 : Felicidad , Amenazas , Regresar

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El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas de la lujosa suite en la que Dulce y Christopher se estaban hospedando en París. Dulce, con su abdomen claramente abultado a los cinco meses de embarazo, se sentía más radiante que nunca. La noticia de que iban a tener un bebé había llenado sus vidas de alegría.

Christopher entró en la habitación con una gran sonrisa y un sobre en la mano.

—Buenos días, mi amor —le dijo, acercándose a Dulce con ternura—. Hoy es un gran día.

—Buenos días. ¿Qué es eso? —preguntó Dulce, señalando el sobre con curiosidad.

—Es el resultado del ultrasonido —Christopher la miró con emoción—. Es el momento de descubrir si vamos a tener un niño o una niña.

Dulce tomó el sobre con manos temblorosas. Se abrazaron mientras ella abría el sobre lentamente. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando vio el resultado.

—¡Es una niña! —exclamó Dulce, con lágrimas de felicidad en los ojos.

—¡Una niña! —repetió Christopher, abrazándola fuertemente—. No puedo esperar para conocerla. Va a ser maravillosa.

—Espera, hay más. —Christopher sacó otro papel del sobre y lo leyó en voz alta—. "Vous attendez des jumeaux, une fille et un garçon."

Dulce frunció el ceño, sin entender el francés.

—¿Qué dice? —preguntó, su voz llena de anticipación.

—Significa que esperamos gemelos, una niña y un niño —dijo Christopher, con una sonrisa que no podía contener.

Dulce se llevó las manos a la boca, sorprendida y emocionada.

—¿Gemelos? ¡No puedo creerlo! —dijo, con los ojos llenos de lágrimas.

Christopher la abrazó, susurrándole al oído.

—Va a ser increíble. Vamos a tener un niño y una niña. Es un sueño hecho realidad.

Después de compartir este momento íntimo, el par se preparó para su cita con la ginecóloga. En la clínica, la doctora los recibió con una cálida sonrisa.

—Bonjour, Dulce et Christopher —les dijo en francés—. Je suis heureuse de vous annoncer que vous attendez des jumeaux. (Hola, Dulce y Christopher. Estoy feliz de anunciarles que están esperando gemelos.)

—Merci, docteur. Nous sommes tellement excités. (Gracias, doctora. Estamos muy emocionados.)

—Je suis ravie pour vous. —La ginecóloga les mostró las imágenes del ultrasonido en la pantalla—. Vous avez une fille et un garçon. Félicitations! (Estoy encantada por ustedes. Tendrán una niña y un niño. ¡Felicidades!)

Christopher se inclinó para besar a Dulce en la mejilla y luego se volvió hacia la ginecóloga.

—Merci beaucoup. —le dijo—. Nous avons hâte de préparer leur arrivée. (Muchas gracias. Estamos ansiosos por preparar su llegada.)

—C'est un moment merveilleux. —La doctora les deseó lo mejor mientras se despedían—. N'oubliez pas de prendre soin de vous et de vos bébés. (Es un momento maravilloso. No olviden cuidarse a ustedes mismos y a sus bebés.)

Dulce y Christopher salieron de la clínica, tomados de la mano y sonriendo.

—No puedo creer que tengamos gemelos —dijo Dulce, su voz llena de emoción—. ¡Esto es increíble!

—Lo sé. —Christopher la miró con ternura—. Pero, antes de que nos pongamos demasiado emocionados, creo que es el momento de regresar a México.

—¿Regresar a México? —preguntó Dulce, algo sorprendida.

—Sí. —Christopher asintió—. Siento que necesitamos estar más cerca de casa, especialmente con el bebé en camino. Hay tanto que preparar y no queremos hacer esto desde aquí.

Dulce asintió lentamente, comprendiendo la decisión de Christopher.

—Tienes razón. —Dulce le tomó la mano—. Regresaremos y prepararemos todo para nuestros gemelos.

Christopher sonrió aliviado y se inclinó para besarla.

—No tenemos que preocuparnos por nada. Vamos a hacer que todo sea perfecto para nuestra familia.

Mientras Dulce y Christopher preparaban su regreso a México, Alejandro estaba desesperado. Desde que el investigador le había revelado que Dulce estaba en Italia y luego había cambiado de ubicación, Alejandro había estado buscando frenéticamente su paradero.

En su oficina, Alejandro estaba al borde del colapso, rodeado de mapas, fotos y notas. La mesa estaba desordenada con documentos sobre el paradero de Dulce y Christopher.

—¡¿Dónde diablos está?! —gritó Alejandro, golpeando la mesa con frustración—. ¡No puedo creer que se nos haya escapado de nuevo!

Uno de los investigadores le entregó un informe actualizado.

—Señor, el último reporte indica que Dulce y su esposo regresaron a Italia, pero su ubicación exacta sigue sin estar confirmada.

Alejandro tomó el informe y lo leyó rápidamente, sus ojos llenos de furia.

—¡Encuentrenlos ahora mismo! —ordenó con voz temblorosa—. No me importa qué tan lejos tengan que ir, pero quiero saber dónde están. ¡Dulce me pertenece y voy a traerla de vuelta!

El investigador asintió con urgencia y se dirigió a realizar las nuevas búsquedas. Alejandro se quedó solo, mirando las fotos de Dulce y Christopher en la pared. Su mente estaba en un torbellino de ira y desesperación.

Mientras tanto, en París, Dulce y Christopher estaban disfrutando de su tiempo juntos sin saber que la sombra de Alejandro seguía amenazando con alcanzarles.

El tiempo que pasaron juntos en la ciudad del amor estaba lleno de preparativos para la llegada de sus gemelos. Sin embargo, las noticias de que Alejandro estaba en pie de guerra y desesperado por encontrar a Dulce aún no habían llegado a sus oídos.

El futuro estaba lleno de promesas y desafíos. Con el regreso a México planeado y la vida en expansión para la pareja, solo el tiempo diría cómo enfrentarían las pruebas que estaban por venir.

" La Máscara del Deseo " Donde viven las historias. Descúbrelo ahora