Capítulo 31: La Princesa de Papá

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La mañana había llegado con una mezcla de ansiedad y preocupación en la casa de Dulce y Christopher. La noticia de la visita obligatoria de Valentina con Alejandro había sacudido el hogar, y el ambiente estaba cargado de tensión.

— No puedo creer que esto esté sucediendo —dijo Dulce mientras revisaba los documentos legales. Christopher estaba a su lado, tratando de mantenerse tranquilo a pesar de la presión.

— Lo importante ahora es que cumplamos con la orden judicial y estemos atentos a lo que ocurra —respondió Christopher, intentando consolar a Dulce.

La hora de la visita llegó, y el lugar designado era un espacio neutral, supervisado por un trabajador social. Dulce y Christopher llegaron con Valentina, que iba sin saber completamente a qué se enfrentaba. Su expresión cambió cuando vio a Alejandro esperándola, y de inmediato su rostro se iluminó con una sonrisa de felicidad.

— ¡Papá! —exclamó Valentina, corriendo hacia Alejandro con entusiasmo.

Alejandro la recibió con los brazos abiertos, su sonrisa era amplia y aparentemente sincera.

— Hola, princesa —dijo Alejandro, agachándose para estar a la altura de Valentina. La abrazó con ternura.

— ¡Te extrañé tanto, papá! —respondió Valentina, abrazándolo con fuerza.

Dulce, observando la escena desde una distancia controlada, no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. La forma en que Alejandro trataba a Valentina parecía tan calculada que le resultaba difícil no cuestionar sus intenciones. La sorpresa y el desagrado se reflejaron en su rostro mientras veía cómo Alejandro se presentaba como el padre cariñoso y preocupado.

— ¿Cómo has estado, mi princesa? —preguntó Alejandro, sonriendo mientras tomaba la mano de Valentina.

— ¡Bien! —dijo Valentina, mirando a Alejandro con admiración—. He estado aprendiendo a montar en bicicleta y me gusta mucho dibujar. ¿Sabías que hice un dibujo de un unicornio?

— ¡Eso suena increíble! —Alejandro le sonrió—. ¿Puedo ver tu dibujo?

— Sí, lo tengo en mi mochila. —Valentina sacó un dibujo colorido con un unicornio y se lo mostró a Alejandro—. Mi maestra me dijo que es muy bonito.

Alejandro observó el dibujo con atención, mostrando una expresión de asombro.

— ¡Es precioso! Eres una artista muy talentosa, princesa. Me encantaría que me enseñaras más sobre tus dibujos.

Valentina sonrió con orgullo.

— También me gusta jugar con mis muñecas. A veces, hago que tengan aventuras y se conviertan en héroes.

— ¿De verdad? —Alejandro pareció genuinamente interesado—. Cuéntame más sobre esas aventuras. ¿Quiénes son los héroes?

— Hay una muñeca que se llama Lily y siempre salva el día. —Valentina se emocionó mientras hablaba—. Y también hay un héroe que es un dragón. Ellos tienen muchas aventuras juntos.

Dulce no pudo contener las lágrimas al ver cómo Alejandro se comportaba con Valentina, sabiendo todo lo que había hecho. La fachada de padre cariñoso le parecía aún más dolorosa. Salió del lugar de visitas, con lágrimas en los ojos, y se dirigió al pasillo. Christopher notó la reacción de Dulce y la siguió rápidamente.

— Dulce, mi amor, espera —dijo Christopher, alcanzándola y abrazándola—. Sé que es difícil, pero tenemos que mantenernos fuertes.

— No puedo soportar verlo así con Valentina. Es como si todo lo que hizo no importara. —Dulce sollozaba mientras se apoyaba en el hombro de Christopher.

— Lo sé, es cruel y doloroso. Pero tenemos que asegurarnos de que Valentina esté bien. Voy a pedir que se mantenga una supervisión estricta mientras esté con Alejandro. —Christopher la abrazó con fuerza, tratando de consolarla.

Dulce, con lágrimas en los ojos, miró a Christopher y dijo:

— Gracias por siempre estar conmigo desde que te conocí.

Christopher la miró con ternura y respondió:

— Siempre estaré aquí para ti, Dulce. Lo prometo.

Con el apoyo de Christopher, Dulce se calmó lo suficiente para regresar al lugar de visitas. Mientras tanto, Christopher se dirigió al trabajador social para expresar sus preocupaciones sobre la supervisión de Alejandro.

— Por favor, asegúrese de que Alejandro sea estrictamente supervisado durante toda la visita. No confío en él, y necesito asegurarme de que no haya ningún riesgo para Valentina —dijo Christopher con firmeza.

— Entiendo. Mantendremos una vigilancia constante —respondió el trabajador social.

Dulce y Christopher volvieron al área de visitas donde Valentina y Alejandro estaban pasando el tiempo juntos. Aunque Alejandro intentaba crear una imagen de padre cariñoso, Dulce sabía que su lucha por recuperar a su hija no había hecho más que comenzar. La visita fue un recordatorio doloroso de lo que había perdido y de la batalla que aún tenían por delante.

" La Máscara del Deseo " Donde viven las historias. Descúbrelo ahora