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dia 25 | mirándose a los ojos

He vuelto bitches🔥🔥(metanme un corchazo si ven que vuelvo a estar inactivo)

Día 25
Mirándose a los ojos
Giovanni: Argentina
Wilmar: Venezuela

    

La noche era gélida, con el viento cortante que hacía temblar a cualquiera que se aventurara fuera. Las calles estaban casi desiertas, salvo por algunos valientes que se apresuraban hacia sus destinos, abrigados hasta las orejas. En medio de este frío invernal, un club nocturno brillaba como un faro de calor y energía.

Desde el exterior, el club parecía un refugio acogedor. Las luces de neón parpadeaban, invitando a los transeúntes a entrar y escapar del frío. Al abrir la puerta, una ráfaga de aire caliente y música vibrante envolvía a los recién llegados. El contraste con el exterior era abrumador; dentro, el ambiente era cálido y animado.

El club estaba lleno de gente, todos moviéndose al ritmo de la música. Las luces de colores danzaban sobre la pista, creando un espectáculo hipnótico, manteniendo la energía alta y constante. La pista de baile estaba abarrotada, con cuerpos que se movían al unísono, olvidando por completo el frío que reinaba afuera.

En las mesas y en la barra, grupos de amigos reían y conversaban, disfrutando de cócteles y bebidas calientes. El vapor de las bebidas se mezclaba con el aire, creando una atmósfera casi mágica. Las ventanas empañadas eran el único recordatorio del frío exterior.

En el rincón, se encontraba un chico, algo pasado de alcohol, pero no lo suficiente como para que la idea de que estaba en un lugar vulgar y que ya tendría que estar durmiendo se le fuera de la cabeza.

  Posó su cabeza en el sofá, mirando al techo, a la nada, mientras dejaba salir el humo de su cigarrillo. Alzó su mirada alrededor, solo miraba un escándalo de gente, personas fracasadas con cantidades impensables de alcohol en ese momento. El no tenía ni idea de por qué estaba ahí, sus amigos ya se habían ido hace más de veinte minutos, pero por alguna razón él decidió quedarse.

  Miró otra vez a su alrededor, ninguna de todas esas personas destacaba del resto, fumadores, fracasados, drogadictos, prostitutas, adolescentes con documentación falsa, y puede que uno que otro apunto de morir por una sobredosis de origen desconocido.

Pero hubo alguien en específico que le llamó medianamente la atención, no la suficiente como para dejar a un lado su cigarrillo o alzar sus cejas, pero sí para que pase una imágen de él por su retorcida, intrincada y pragmática mente

   Lo analizó un poco, y luego se acordó de él, pero no recordaba de dónde. Pensó que quizá era algún conocido de la secundaria, o un amigo de un amigo, no sabía, ¿quién era él?

  Su mente dejó de dar vueltas y preguntas cuando vió que él chico se sentó al lado de él, estaba muy confundido.

    Tenía el pelo de un color negro claro, ojos café, moreno, pero no tanto, más bien un color neutro. Sus ojos eran grandes al igual que sus ojeras, y un rostro algo definido. Su ropa no destaca mucho, simplemente unos pantalones grises holgados y una sudadera gris.

    Lo miró a los ojos por unos muy pocos segundos, su mirada... tenía algo raro, era como un océano profundo y oscuro, pero su terror e inmensidad lo compensaba un bello crepúsculo.