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Narrador omnisciente (...)
Era horario de clase, el salón se encontraba en un formal e impecable silencio, todos escribiendo o leyendo lo relacionado a la clase, como todos los días.
Por otro lado, Argentina y Venezuela, quienes estaban sentados en la misma mesa, parecían concentrados escribiendo, no obstante, Argentina se detuvo un momento a ver a Venezuela por unos segundos con una sonrisa disimulada, Venezuela al percatarse de eso, se enojo levemente.
- ¡Argentina, Sigue escribiendo! - Retó Venezuela a Argentina de manera silenciosa y disimulada para evitar un regaño del profesor.
- No puedo - Respondió el argento de manera juguetona. - Vos no me lo permites. - Prosiguió con una sonrisa pícara.
- Argentina, estamos en midad de clase, concéntrate, nojoda', tu nunca te pones con éso y ahora en clase si.- Dijo Venezuela sin darle la cara indignadamente.
- Bueno, yo creo que la tarea puede esperar un toque. - Dijo Argentina entre risas, ocasionandole más molestia a Venezuela.
Argentina, sin previo aviso, posó su mano en la pierna de Venezuela, acariciandosela delicadamente, este al sentir la mano del contrario, casi al instante reacciona con un grito ahogado del susto, sumándole un leve sonrojo, cosa que le enojo bastante.
- ¡Argentina, ésto es rotundamente inaceptable e inmoral! - Dijo Venezuela haciendo un drama claramente innecesario, haciéndose el ofendido solo para molestar al contrario.
- Ay, mirá como te hace' el buenito vo'. - Dijo Argentina riéndose en voz baja para no llamar la atención del profesor. Venezuela simplemente lo ignoro, empezando a escribir en su carpeta.
Argentina, entre risas y con claras ganas de molestar al venezolano, volvió a acariciarlo está vez en su espalda. Venezuela, quien estaba viendo su carpeta, cerro con lentitud sus ojos para después mirar a Argentina apenas los abrió, alzando una ceja en forma de fastidio.
Esté, enojado y ya fastidiado, agarró a Argentina delicadamente del cuello y lo agachó un poco abajo, cerca de debajo de la mesa, para después darle un rápido beso en la mejilla, levantándose rápidamente y empezando a escribir.
- A ver si te conformas con éso. - Dijo Venezuela, riéndose. - Digamos que fue una recompensa, es raro verte tan feliz así, ¿sabés? - Volvió a hablar en susurros Venezuela, haciendo referencia a la insipida personalidad del argentino.
Argentina, casi atontado por el recientemente beso, simplemente asintió con una sonrisa tonta, claramente sonrojado.
Fecha de publicación: 20/11/22 Palabras: 413 Nota: Hola, pido mil disculpas por no haber actualizado casi por un mes, me había olvidado de la existencia de esta historia jdknsjs, perdón. En fin, buenas noches.
