La hipótesis.—¡Rompieron la cerca!
Bajo los pies del escritorio estupefacto.
Veo a uno mis chicos entrar sudado y pálido, debió correr todo el camino hasta aquí.
—¿Qué pasó? —inquiero con la gravedad que requiere la situación.
Traga fuerte.
—Estábamos haciendo las patrullas de rutina y encontramos un hueco en la cerca del parque, como del tamaño suficiente para que entre o salga una persona.
La piel de la nuca se me eriza.
¿Será posible que ella haya podido escapar? Bueno, realmente pudo irse mucho antes si ella hubiera querido pero no lo hizo, ¿qué cambió ahora?
No quiero ni pararme a pensar en lo que me haría el Sr. Remus al saber de esto.
Me pongo de pie para ponerme en marcha.
—Llévame al lugar, llama a los demás y pídeles que se reúnan acá mientras regresamos —ordeno saliendo de la oficina central.
El aire me desorna el cabello que ahora me llega a la altura de los pómulos, el chico me guía al frente mientras mantenemos nuestro paso justo al lado de la cerca, no es hasta unos minutos más tarde que conseguimos el agujero cortado en la cerca que delimita a la reserva Sparrow.
Hay huellas de zapatos en la tierra y aunque suene cruel eso me alivia, porque significa que ella no se fue de acá y podré vivir un día más al menos, pero, también significa que alguien entró y sea quién sea no tengo idea de qué asuntos tiene que resolver aquí.
Joder.
¿Vendrán a buscarla a ella?
¿Sabrán el monstruo asesino que es?
—¡Señor! —otro de mis hombres me llama desde afuera de la cerca, tiene el uniforme sucio así que asumo que habrá usado el hueco para salir a la vía principal— Revisé la calle hasta unas cuadras más abajo, hay una camioneta estacionada y es de un canal de televisión.
Siento como un puñetazo entender que quizás es más grave de lo que creí.
Hay personas que no saben nada allá adentro con ella, no solo eso, son periodistas. Si llegan a grabar algo y sobreviven para contarlo estaremos en problemas, la solución más lógica sería dejarlos morir con el secreto de lo que esconde Sparrow y luego notificarle al Sr. Remus, eso sería lo más inteligente, lo que no arriesgaría mi vida.
—Jefe, ¿qué hacemos?
Ambos hombres me miran expectantes, con la urgencia marcando sus miradas junto al terror.
El grito desgarrador corta el ambiente entre los pinos, los recuerdos escarban entre la tierra aferrándose a mis pies y traen consigo la imagen de la niña asustada, la misma pequeña que deje morir hace meses porque estaba aterrizado, aparece en mis retinas el temor que debió sentir Hannah.
Y siento culpa, una pesada y muy fuerte que hace decidir lo siguiente:—Armen grupos de cinco, van a patrullar la zona en busca de las personas que entraron, manténganse en las áreas del borde exterior del bosque hasta máximo tres kilómetros alejados de la cerca.
—¿Y si están más adentro? —pregunta uno preocupado— ¿Quién verá allá?
Suspiro.
—Yo —respondo.
Nos devolvemos a la oficina central donde ya me esperan todos, transmito mi decisión trans informar acerca de la gravedad de la situación.
—Si nos encontramos con el animal, ¿debemos cazarlo?
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Ciudad de Mentira
Science FictionLa cabeza de Arise se resume a un inalterable espacio en blanco cuando despierta en las oscuras alcantarillas, el dolor de cabeza se hace presente sin dudar y la confusión no se hace rogar. ¿Qué hace ella ahí? ¿Por qué está llena de sangre? ¿Quién e...