La rutina del gimnasio, la lucha constante por el control se había vuelto predecible, casi un refugio para ambas. Pero esa tarde se verían en otro lugar. Yelena invitó a Kate a un bar clandestino en la ciudad, uno de esos lugares que solo alguien como Yelena podría conocer. Kate aceptó, intrigada y ligeramente desconfiada, pero también curiosa por ver hacia dónde la llevaría esta nueva dinámica fuera del campo de batalla físico.
El bar estaba oculto detrás de una vieja fachada, sus luces tenues creando sombras en las esquinas del local. El ambiente estaba cargado de humo y murmullos, mientras la música llenaba el espacio. Yelena ya estaba allí cuando Kate llegó, sentada en una mesa en el rincón más oscuro del lugar, con una copa en la mano y su habitual aire despreocupado.
Kate se acercó lentamente, su mirada recorriendo el entorno antes de centrarla en Yelena, quien la observaba con una sonrisa. A pesar de que la atmósfera era distinta, la tensión entre ellas seguía como siempre.
—Nunca pensé que me invitarías a un lugar como este— comentó Kate mientras tomaba asiento frente a Yelena.
—Hay muchas cosas sobre mí que no conoces, Bishop— respondió Yelena con una sonrisa perezosa, tomando un sorbo de su bebida.
Kate inclinó la cabeza, con desconfianza y diversión. La cercanía de Yelena, aunque no físicamente opresiva, seguía jugando con sus sentidos. El bar, su luz tenue y el ambiente de clandestinidad, solo acentuaba la electricidad entre ellas.
—¿Por qué aquí? — preguntó Kate, queriendo entender qué significaba este cambio de escenario.
—Porque hoy no vamos a entrenar. Hoy quiero que me conozcas, más allá de los golpes y las bromas— Yelena la miró directamente, sus palabras cargadas de intención.
Kate sintió el tirón de esas palabras, como si Yelena estuviera tirando de una cuerda invisible entre ellas. No era solo un juego de manipulación; había algo más bajo la superficie. Algo más que Kate no estaba segura de querer explorar, pero que tampoco quería evitar.
—¿Me conoces de verdad? — Yelena se inclinó hacia adelante, su voz era suave, pero su mirada perforando la de Kate. —Sabes lo que hago, quién soy. Pero ¿sabes realmente lo que quiero?
El corazón de Kate se aceleró ligeramente. No podía dejar que Yelena tomara el control de la conversación de la misma manera que lo hacía en sus entrenamientos.
—¿Qué es lo que quieres, Yelena? — preguntó Kate, consciente del peligro detrás de la pregunta.
Yelena sonrió, dejando su copa en la mesa. El silencio entre ellas era ensordecedor, una tensión en aumento que no se podía ignorar. Y entonces, sin previo aviso, Yelena se inclinó aún más, acercándose a Kate, lo suficiente como para que sus rostros estuvieran apenas a unos centímetros.
—Quiero que te dejes de resistir— confesó Yelena con sus ojos fijos en los labios de Kate.
El pulso de Kate se disparó. El bar, la gente alrededor, el murmullo de voces, todo desapareció en ese momento. Solo existían ellas dos, enredadas en un juego en el que ambas eran presa y cazador al mismo tiempo.
—No me estoy resistiendo— replicó Kate, aunque su voz salió más baja de lo que esperaba, traicionando el control que tanto se esforzaba en mantener.
Yelena sonrió con suficiencia, como si acabara de ganar una pequeña batalla. Pero Kate no iba a ceder tan fácilmente. No aquí, no ahora. Sin embargo, el calor entre ambas era innegable. La cercanía de Yelena, el brillo de sus ojos, todo provocaba una reacción que Kate luchaba por contener.
De repente, Yelena deslizó una mano sobre la mesa, rozando los dedos de Kate en un toque casi imperceptible, pero cargado de intenciones. El simple contacto envió una descarga eléctrica a través de Kate, quien apretó los labios, consciente de lo que Yelena estaba haciendo.
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𝐁𝐀𝐉𝐎 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐎́𝐍 ⚡ | 𝐾𝑎𝑡𝑒𝑙𝑒𝑛𝑎
Fiksi PenggemarKate Bishop y Yelena Belova, dos mujeres que, aunque están obligadas a trabajar juntas, no pueden evitar desafiarse mutuamente. En cada misión, la tensión entre ellas va creciendo, mezclando rivalidad y atracción en una dinámica que las llevará al l...