~★𝐕𝐢𝐧𝐠𝐭-𝐧𝐞𝐮𝐟★~

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Horas después ya se veía el sol ocultarse, estuvieron toda la tarde en el patio, Minho se durmió en uno de los sillones que estaba enfrente de la piscina, creo que falló en su misión de cuidar de los demás.

De no ser que un chapuzón lo despertó, el agua llegó hasta él que lo despertó al instante, si tenía un arma cerca no dudaría en tomarla y apuntar a quién sea que lo haya interrumpido. Varias risas después y un pequeño enojo del mayor todos salieron del agua y fueron a cambiarse.

Minho le dió la toalla a Jisung y ambos entraron a la casa, Han entró al baño y Lee fue a buscar algo cómodo para ambos, una vez se ducharon ambos y estaban bien cambiados se encontraron en la habitación del menor.

La habitación que Jisung usaba para quedarse en casa del mayor estaba decorada al gusto del rubio, la habitación llena de peluches, maquillaje por doquier, olía a lavanda, todo bien organizado y ambientado como el pequeño quería. Lee no le dió mucha importancia a esto, le gustaba que Jisung tuviera un espacio personal en su casa, le gustaba que el menor se quedara a dormir en la mansión y que lo visite siempre, el rubio era como un niño pequeño, alegre, curioso, llorón y un poco enojon.

Comprendió que Jisung era el tipo de persona que no le gustaba estar solo mucho tiempo, antes sufrió mucho por la ausencia de su madre en su casa aunque llegó a acostumbrarse obligadamente, por eso Minho le tomaba mucha importancia a lo que sentía Jisung, si algo le gustaba o no, que si estaba cómodo, si se sentía bien, todo era importante. Talvez no sea experto en relaciones amorosas pero sabia que si quería hacer bien las cosas debía de prestar atención al menor y hacer que se sienta bien.

Tampoco era que Lee estaba tan viejo, solamente tenía veinticuatro pero era pésimo para el romance, trataba de ser lo más cariñoso y comprensible posible. Le daba regalos siempre, dinero, joyas, ramos de flores, paseos, entre otras.

Minho se sentó en la cama y Jisung fue por su secador de cabello, al principio el mayor no se dejó pero como siempre, no pudo ganarle al rubio. Jisung le secó el pelo al mayor mientras sonreía, Lee tenía una expresión sería mientras se cruzaba de brazos, que vergüenza si lo veían de esa forma tan mansa ante el menor.

Lee ya estaba algo cansado, tenía que ponerse a trabajar en algunos asuntos de su empresa y reorganizar su organización, ver si la venta de sustancias iba bien y si habían algunos problemas, normalmente llevaban las sustancias por el mar, debía de ver si todo andaba bien, normalmente Changbin y Hyunjin se encargaban de aquello.

Hyunjin..

No le volvió a hablar después de mucho, estaba siendo demasiado rencoroso con su mejor amigo, se conocían de años y años, tenían demasiada confianza, pero no implica el hecho que le haya fallado, pero sabía que no podía ser así para siempre, no le convenía al negocio tampoco.

Jisung notó al mayor algo pensativo que decidió apagar el secador de pelo y sentarse a su lado.

- ¿Que sucede? - Le preguntó Jisung.

- No es nada mon amour, solo pienso en el trabajo. - Le sonrió un poco para después tirarse en la cama del rubio, intentando evitar el tema.

Jisung intuía que no era solamente trabajo, sus facciones estaban serias y eso no era buena señal. Normalmente Minho tenía la cara seria cuando estaba enojado o no estaba a gusto con algo, no fue muy complicado saber eso.

- ¿Seguro? Sabes que guardarte cosas para ti mismo puede ser malo. - Aconsejó Jisung mientras guardaba el secador en el gran armario.

Minho soltó un suspiro sin gracia, el sabia perfectamente lo que se sentía guardarse cosas para si mismo, vivió guardando cosas desde su adolescencia, jamás contó sus problemas a nadie, uno, por que no confiaba en nadie, y dos, por que se consideraba que no era hombre si no aguantaba las cosas duras de la vida, así era su manera de seguir adelante hasta ahora. Si no puedes con los problemas o desafíos, no serás el rey.

El muñequito de Lee  |Minsung| Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora