El muñequito de Lee |Minsung| Adaptación

~★𝐐𝐮𝐚𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞-𝐭𝐫𝐨𝐢𝐬★~

Toda la maldita mañana Lee y Han habían estado teniendo rondas de sexo en su habitación, las sábanas todas sucias y arrugadas, los condones en el suelo, todo era un desastre. Fueron tres condones usados por el mayor exactamente, Jisung casi queda afonico de tantas rondas que terminó muy cansado.

Lee había metido a Han en la bañera, cargó algo de agua caliente y ayudó al menor a sumergirse en ella, luego se metió con el y le hizo algunos mimos para que se le pase el enojo, por que lo había dejado todo adolorido como siempre que el rubio tenía una cara de dolor y cansancio. A Minho le daba risa esto, se veía adorable a pesar de estar enojado, más ahora que estaba haciendo espuma en su cabello con el shampoo, parecía un pequeño pollito mojado.

Lee se encargó de limpiar y mimar bien a su pareja, siendo el el mayor responsable tuvo que complacer a su rubiecito, Han estaba entre las piernas de Lee, recostado de espaldas sobre el pecho del mayor mientras disfrutaba de las caricias en su cabello, algo sumido por el calor del agua y el cuerpo de su novio. Minho se encargó de enjabonar su delicado cuerpo con el jabón de coco que tenía, pasando sus manos por sus brazos, piernas y hombros, dejándolos con un rico aroma al igual que su pelo.

Estuvieron una hora dentro de la tina, percatándose de que Han se estaba quedando dormido, no había dicho nada durante todo el baño por sueño y algo de molestia con el mayor, lo había dejado con un dolor de cadera horrible que solo quería llorar por lo incómodo que se sentía, aparte que seguía algo sensible por las demás rondas, se había corrido cuatro veces. Lee se encargó de alistar la cama y una ropa cómoda para el menor y fue a buscar alguna crema para el dolor de su amado, le dolió un poco ver al rubio sollozar con un poco de dolor al pasar la crema por sus caderas, allí estaban las marcas de sus manos, se habían vuelto rojizas al igual que sus lechosos muslos y trasero, que se encargó de amasar y morder a su antojo.

Lee una vez acabó de darle los masajes al menor y darle unas pastillas para el dolor, le dió uno besos como disculpa y este se quedó dormido en su cama, sonrió un poco para después recoger el desastre que estaba en su suelo, puso las sabanas sucias en el cesto y tiró cualquier rastro de que habían tenido una apasionada mañana de nevada. Luego de eso dejó dormir al rubio a su gusto y salió para bajar las escaleras de la mansión con una gran sonrisa, estaba de un humor increíble.

Notó que nadie estaba dentro de la casa, algo extrañado salió afuera y encontró a Heeseung y los demás empleados charlando en el porche.

- Mierda, hace demasiado frío ¿Que están haciendo aquí? - Preguntó Lee con su tono de voz neutral como siempre.

- ¿Y escuchar como follabas por horas? No, gracias. - Respondió Heeseung con una sonrisa.

Minho raspeo la garganta un poco para mirar algo serio, admitía que estaba un poco avergonzado pero su orgullo no le permitiría demostrarlo que solamente se cruzó de brazos disimuladamente, si Jisung sabia de esto iba a matarlo.

- Tks, como si nunca hubiesen follado.- Respondió Lee de mala gana.

- Claro, pero casi matas a Jisung, lo escuchamos gritar que casi entramos a pedir ayuda, parecía que lo estabas matando. - Rió Yeonjun está vez con algo de gracia.

- Bien, ya entendí que soy un bruto. - Rodo los ojos con algo de fastidio. - Solamente actúen normal cuando esté Jisung, se sentirá avergonzado si lo sabe. -

Lee se sentó con los demás para seguir conversando por unas horas, cada tanto le entraban llamadas de la empresa, que querían una visita, que todos los empleados querían conocer al jefe y dueño Lee Minho. Éste solamente suspiro y ignoró las llamadas, pero a la quinta vez ya no pudo y tuvo que contestar a regañadientes. dijo que iría en año nuevo, algo frustrado colgó el teléfono y se sentó de nuevo. Heeseung y los demás miraron algo confundidos por el repentino cambio de humor que presentó el pelinegro, hace tan solo unos minutos estaba con un humor excelente que parecía que salían brillos y arcoíris cada que pasaba o hablaba de Jisung.