Lucho nunca había sido de esos que envidiaban o querían lo que el otro tenía, menos si se trataba de una persona. Hasta que lo conoció. Se llamaba Tomás y era un lindo morocho, tatuado que tenía la desgracia de salir con la hermanastra de él. La primera vez que lo conoció fue en una ocasión en la cual, a Candela se le había ocurrido salir con sus amigas, sin avisarle de que iba a venir su novio.
Lucho estaba muy a gusto jugando a los videojuegos en su play, en la sala de la casa, cuando le rompieron los huevos tocando el timbre. Se levantó maldiciendo, a la par que abría la puerta, quedándose sin palabras al ver al morocho tatuado con el que se encontró detrás de la puerta.
—Buenas, ¿está Candela?
—No —se recuperó de la sorpresa inicial, adoptando una pose que reflejaba mayor seguridad.
—Uh, la puta madre... —lo escuchó susurrar. —¿Y no sabés si llega pronto?
—Creo que viene en una media hora... —calculó. —Podés quedarte a esperar...
Lo dejó pasar y cerró la puerta, regresando a sus juegos. Se volvió a colocar los cascos, mientras tomaba el mando. Tenía que iniciar una nueva partida, y estaba por hacerlo, cuando al mayor se le ocurrió iniciar una charla.
—Entonces... ¿cómo te llamás?
—Lucho —respondió secamente, ingresando a la partida y empezando a mover sus dedos por encima del control, moviendo a su personaje.
—Cande nunca me dijo que tenía un hermano menor...
—Hermanastro —corrigió. —Por eso a ella no le gusta hablar de eso —dijo, inclinándose en su asiento, al tiempo que su personaje hacía lo mismo.
—Sí, me doy cuenta... No tenía idea de eso... Soy Tomás, el novio de tu hermanastra. ¿Cuántos años tenés, eh?
—Tengo 18 —puso los ojos en blanco.
—Dale, no parecés.
Conforme fueron pasando los días desde ese primer incómodo encuentro, Tomás siguió yendo a la casa a pasar tiempo con su novia. A la chica no le había gustado que el tatuado conociera a Lucho, quien sólo puso los ojos en blanco y siguió jugando, ignorando las palabras de la chica, quien no hacía más que regañarlo.
A veces Candela y Tomás se metían a la habitación por bastante tiempo, por lo que Lucho le subía el volumen lo más posible a sus auriculares. Era muy incómodo escuchar cómo esos dos garchaban. Ya no podía ver a Candela a los ojos después de eso. Entonces, sin querer, empezó a preguntarse qué tan bueno tenía que ser el sexo con Tomás, como para hacer gritar así a la chica.
Se sonrojó cuando se encontró pensando en eso, negando con la cabeza. Hace poco Lucho había aceptado que le gustaban tanto chicas, como chicos. Pero imaginarse en la cama con el novio de su hermana —hermanastra— ya era demasiado para él. Ni siquiera se dio cuenta de que Tomás se empezaba a sentir atraído, de igual forma, por él.
Hasta que Tomás empezó a visitarlo más seguido, ya no sólo para ver a Candela. Mientras esperaban a que la chica terminara de maquillarse, Lucho lo dejaba jugar con él. Acariciaba su pelo de una manera no tan amistosa y lo veía de una forma en la que no veía a la chica. El corazón del más joven empezaba a latir con intensidad.
—Esto no está bien... —se dijo, después de haber fantaseado con ser él, en vez de Candela, quien besara a Tomás.
Salió de su habitación, pasando por el baño, en donde la chica se estaba duchando. Bajó hacia la cocina, en donde agarró una soda. Al salir de ahí, se encontró con el chico, lo cual le puso un poco nervioso, casi dejando caer su lata. Sus ojos se encontraron con los de Tomás, quien sonrió al verlo.
—Hola, Lucho.
—Ah... hola...
—Dale, vení —palmeó el asiento, a su lado. El menor sintió que su voluntad se deshacía como arena y caminó hacia él, como si fuera atraído por un imán.
De pronto, la atmósfera se volvió más íntima entre ellos dos. Tomás se acercó a él, tomando su mentón, lo cual lo hizo sonrojar. Conectó dos neuronas y trató de alejarse.
—Vamos, no te vayás...
—¿Que querés? Esto no está bien...
—Quiero besarte —confesó, acercándose más. Los colores subieron más a la cara del menor.
—No, no... vos salís con Candela —pero no se opuso más. Cerró sus ojos y se dejó besar por el otro. Tomás tenía mucha experiencia besando, todo lo contrario de él. Estaba tan concentrado en el beso, que sus otros sentidos se agudizaron. Escuchó que la puerta del baño se abrió, por lo puso sus manos en el pecho de Tomás para empujarlo.
Se levantó con la rapidez de un resorte, con piernas temblorosas. Se limpió la boca, como si se hubiera manchado de algo asqueroso. En sus ojos se veía un poco el miedo a ser descubierto y la sorpresa del beso.
—No, no, esto no se va a repetir.
Pero se volvió a repetir. Todo empezó por iniciativa del mayor, quien lo besaba cada vez que iba por su novia y ella se tardaba un poco, aprovechaba para clavarle unos besos al hermano menor de ella. Lucho se había prometido a sí mismo que no se iba a enamorar, que él podía dejarlo cuando quisiera.
Tomás también empezaba a visitarlo sólo para verlo a él. Se excusaba con Candela, diciéndole que solo jugaban videojuegos juntos; y sí, jugaban, pero se agarraban a besos, aún cuando sabían que eso estaba completamente mal.
No debió haber sido sorpresa cuando todo tuvo que acabar, pues los traidores nunca ganaban. Ya había sido un golpe bastante grande de suerte que Candela no los hubiera descubierto; pero cuando fue Tomás, de forma cínica, a decirle que lo mejor para ambos era parar con todo eso. Lo hubiera aceptado meses atrás, cuando lo único que le gustaba del otro eran sus besos y unas pocas caricias que le brindaba.
Pero ahora, tenía el corazón colgando, porque había sido estúpido y no se había cuidado de las garras del amor. Ahora, miraba a Tomás con odio y lágrimas en los ojos, quien, a su vez, lo miraba con arrepentimiento.
—Mirá, me disculpo, fue algo que no debí iniciar nunca...
—Sólo andáte a la mierda, Tomás. No te quiero ver nunca más...
nota: sé q es un shipp raro, pero no sé xq se me ocurrió ok¿
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𝒇𝒍𝒐𝒓𝒊𝒅𝒂!!!
Fanfiction𝒇𝒍𝒐𝒓𝒊𝒅𝒂!!! ⛤ trap ships one shots de mis shipps de traperos trolos Contiene: Duki x Paulo Lit Killah x Tiago PZK Trueno x Nicki Khea x Trueno FMK x Rusherking Ysy A x Neo