sigue a Naree Choi, una joven que ha sido educada en casa en Tailandia y llega a Corea del Sur para asistir a una escuela secundaria por primera vez. Con ella trae un libro especial, el Burn Book, para registrar sus observaciones.
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El día siguiente comenzó con un respiro fresco. Naree se despertó temprano, repasó mentalmente sus clases y se preparó para enfrentar otro día en Daewon High School. El camino hacia la escuela se sintió menos abrumador, aunque la incertidumbre seguía siendo palpable.
Durante las clases, Naree se centró en adaptarse al ritmo del nuevo entorno académico. Sus profesores eran amables y las materias, aunque desafiantes, parecían interesantes. La jornada transcurrió entre el estudio y los nuevos conocimientos, y pronto llegó el esperado momento del descanso para el almuerzo.
Naree se dirigió hacia la cafetería con la esperanza de encontrar un lugar agradable para comer y conversar con sus nuevos amigos. Al llegar a la línea de comida, se sirvió una bandeja con comida variada y empezó a buscar un lugar para sentarse.
De repente, una figura familiar apareció en su campo de visión. Eran las Mean Girls—Areum, Seoyun y Hyeri—y estaban sentadas en una mesa central y prominente. Areum, en particular, parecía estar observándola con interés. Naree notó que Areum hizo un gesto para que se acercara. A pesar de la sorpresa, Naree decidió acercarse, sintiendo la mirada de sus amigos que le hicieron señas para que fuera.
Areum levantó una ceja mientras Naree se acercaba a la mesa.
—Hola, soy Areum —dijo Areum con una sonrisa que parecía tanto cálida como calculadora—. No te hemos visto antes por aquí. ¿Cómo te llamas?
—Soy Naree —respondió Naree, algo nerviosa pero manteniendo la compostura.
Areum asintió y miró a sus amigas, que la observaban en silencio.
—Bueno, Naree —continuó Areum—, nos alegra conocerte. Estábamos pensando que podrías unirte a nuestro grupo. Parece que eres nueva aquí y podrías encajar bien con nosotros.
La oferta de Areum tomó a Naree por sorpresa. No esperaba que las Mean Girls la invitaran a unirse a su grupo. La idea parecía atractiva pero también un poco intimidante.
—¿En serio? —preguntó Naree, intentando ocultar su sorpresa.
—Sí —dijo Areum con un tono amable pero firme—. Nos vemos en la cafetería mañana para hablar más sobre esto. Hasta entonces.
Con una última mirada y una sonrisa, Areum y su grupo se levantaron y se dirigieron a otra parte de la cafetería. Naree se giró hacia sus amigos, Minji y Hyunwoo, que estaban observando la escena con curiosidad.
—¿Qué pasó? —preguntó Minji mientras se acercaban a Naree, quienes se habían reunido en una mesa cercana.
—¡Las Mean Girls me invitaron a unirme a su grupo! —dijo Naree con un tono de incredulidad—. Areum me preguntó mi nombre y me dijo que nos veríamos mañana para hablar más sobre esto.
—¡Vaya! —exclamó Hyunwoo—. Eso es inesperado. Areum no suele invitar a nuevos a su grupo a menos que estén realmente interesados en integrarse.
—Sí, y lo que dice es importante —añadió Minji—. Pero, ¿por qué te invitarían? ¿Qué crees que quieren de ti?
Naree se encogió de hombros, pensativa.
—No estoy segura. Pero creo que es una buena oportunidad para conocer mejor el ambiente de la escuela. Además, podría ser interesante ver qué quieren exactamente.
El resto del almuerzo transcurrió entre especulaciones y charlas sobre el inesperado giro del día. Naree estaba ansiosa por descubrir lo que depararía el encuentro con las Mean Girls al día siguiente, y el misterio de sus verdaderas intenciones la mantenía en alerta.
Finalmente, la campana sonó y los estudiantes comenzaron a volver a las clases. Naree, aunque aún pensativa, se sintió un poco más aliviada al tener el apoyo de sus amigos y estaba lista para enfrentar el resto del día con una nueva dosis de curiosidad y expectación.
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