CAPÍTULO 20

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SATORU POV

Estoy en mi oficina terminando los últimos preparativos para la subasta de la próxima semana. Con la búsqueda del infeliz de Mahito, me he retrasado como nunca. Lo peor de esto es que mi estrés me tiene al borde del colapso debido a múltiples factores como el monitoreo constante de Yuji, la búsqueda de ese idiota y la gran fiesta que se amenizará terminada la subasta, este evento se realiza una vez al año como un pequeño agradecimiento por la preferencia de mis muy conocidos clientes. Es mucho por hacer en menos de una semana.

– Satoru. – la puerta de mi oficina se abre sin previo aviso. Suguru entra con cautela.

– Más vale que sea algo importante. – suelto de forma grosera al verme interrumpido.

La expresión de Suguru es seria y su mirada, como en muy pocas ocasiones sucede, es severa. Detrás de él está Asuka, una de nuestras acompañantes, quién se abraza a sí misma con miedo y vergüenza. El silencio en la habitación vuelve la atmósfera pesada y sin comprender la situación, los miro a ambos un tanto confundido.

– ¿Qué pasó? – me pongo de pie, y con mi mano le indico a Asuka que se acerque. Suguru se hace a un lado dándole espacio, y ella entra a la oficina cerrando la puerta detrás de ella. Por su lenguaje corporal, tengo una idea de lo que pudo pasar, lo sé muy bien.

Suguru mira a Asuka y le acerca una silla pidiéndole amablemente que tome asiento. Me pongo de cuclillas frente a ella. Es la primera vez que la veo así desde que la conozco hace 2 años. Ella viene de los barrios bajos, durante mucho tiempo se pr0st!tvyó para sobrevivir, pero al verla, supe que no sólo era hermosa físicamente, sino también como persona, y no me equivoqué. Es por ello que le ofrecí una alternativa, una forma más segura de trabajar. Aquí se le paga muy bien por sus servicios y tiene seguridad todo el tiempo, y no hace nada que no quiera.

– Asuka, ¿qué pasó? – pregunto. Estoy consciente de lo que escucharé, pero eso no evita que sienta una presión asfixiante en mi garganta. Sé lo que dirá, pero esta vez, espero equivocarme.

Su expresión consternada, se llena de dolor y las lágrimas corren cuál río en su caudal, dejando un camino por sus mejillas a medida que mis manos acunan su rostro. – Creo que – hace una pausa que acelera mi corazón. – me v!0l4r0n – dice aquello último en un susurro.

Siento mi corazón detenerse por un instante, e inmediatamente, quiero matar al hijo de pvt4 que le hizo esto. Detesto con mi existencia a cada persona que cree que está bien tomar aquello que no les pertenece. A quienes abusan de su poder y manipulan a los demás, pisoteándolos.

Intenta calmarse para continuar hablando. Yo, por mi parte, me pongo de pie y me acerco para abrazarla. Sus manos se aferran a mi espalda con fuerza mientras su llanto se intensifica. La ira que me inunda en este momento hace que mi sangre hierva. Mientras consuelo a Asuka, mi encandecida mirada va hacia Suguru, quien estoy seguro de que comparte la misma furia que yo.

– ¿Dónde estaban sus guardaespaldas? – espeto entre dientes.

– No estaban trabajando. – Suguru responde de inmediato. Frunzo mi ceño ante aquella información. Hasta donde sé, Asuka se comprometió recientemente, y no estaba buscando clientes fuera del club. Pude sospechar por el tono de Suguru que hay algo que Asuka no me está diciendo.

Me alejo un poco de ella para ponerme de cuclillas otra vez y poder verla a los ojos. Saco un pañuelo de mi bolsillo y con cuidado comienzo a limpiar sus mejillas.

– Asuka, es importante que me digas qué fue exactamente lo que pasó, y te juro que haré que ese hijo de pvt4 pague por lo que te hizo. – ella sólo asiente en silencio.

AST - INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora