CAPÍTULO 4

291 20 0
                                    

SATORU POV

Mis hombres han hecho un trabajo excepcional al volverse la sombra de Yuji, quienes tienen la orden de pasar un informe cada 12 horas sobre algún cambio o novedad. En cuestión de días conozco cada uno de sus pasos, a quienes frecuenta e incluso a sus amigos, unos puritanos e inocentes mocosos.

En cuanto a su nuevo trabajo, no es usual que interfiera en quienes contratan o despiden mis gerentes, pero como es lógico, tengo acceso a toda la información, ya que soy quien autoriza los pagos. Ver su nombre entre la lista de empleados es una desastrosa, pero fortuita casualidad que no pienso desaprovechar.

Yuji Itadori.

¿Qué hace un chico tan inocente adentrándose en el mundo de las perversiones?

Esta tienda en particular solo contrata basado en la apariencia de sus aspirantes, ya que, al estar en el área más concurrida y prestigiosa de la ciudad, requiere que su atractivo se centre en aquellos que atienden. Anteponer los deseos y fantasías del resto es nuestro lema, y es obvio que hacemos honor a esto, sin embargo, esta vez tendré que mantener las cosas en esa tienda en particular a raya porque ese zorrito es mío.

- Satoru - miro a Suguru quien entra con una pila de papeles a mi oficina. Suguru fue en algún momento un acompañante privado que trabajaba para mi, pero luego de un tiempo iniciamos una extraña relación, con límites, y expectativas en donde ambos nos beneficiamos. Yo me encargo de sus gastos, y en compensación, él se encarga de mis necesidades sexuales.

Sin embargo, no lo he hecho con él desde que conocí a Yuji aquel día en el club por la fijación que adquirí por ese lindo zorrito rosa. Aún no puedo creer que casi llegué a tercera base con él gratis, sin un contrato con el cual protegerme.

Mi mandíbula se tensa al ver a Suguru sentarse en la esquina de mi escritorio, mi mente aún está centrada en Yuji. Hay algo en él que me atrae de sobremanera, y hace que mis sentidos se aturdan a tal punto que esa noche me lo habría cogido, incluso sin protección dando cabida a que se aprovechara de ello. Nunca he sido tan descuidado.

- Necesito algunos juguetes y lencería. - Suguru me sonríe. Sus negros y lacios cabellos caen por su hombro mientras sus violáceos ojos se clavan en mí. Sé que probablemente se está pregunta porque no lo he llamado en las ultimas dos semanas, y mi curiosidad respecto a una tienda en particular esta a flor de piel.

- Bien. Justo voy para una de las tiendas. Puedes venir conmigo. - Complacido por mi respuesta, Suguru se pone de pie y arregla su traje.

Normalmente, solo le daría mi tarjeta de crédito o diría en la tienda que él llegará, pero no lo llevo personalmente.

- Estoy audicionando para ser modelo de una línea de lencería y quiero usar tu marca. Ya sabes, para la audición. - Algo que siempre me ha gustado de Suguru es que no es alguien que saque ventaja de de quienes lo rodean. Él no pide mucho, es honesto y apesta siendo un acompañante. Es demasiado dulce y tiene a encariñarse demasiado con los clientes. Él también es muy amable, pero es eso lo que lo hace muy atractivo. A pesar de eso, es alguien de mente muy abierta, y está dispuesto a experimentar diferentes formar para complacer.

Es muy diferente a lo poco que he visto de Yuji, quien se nota que peca de inocente. Él se ve del tipo que busca una relación para toda la vida, un matrimonio si es posible. Se ve tan dócil que estoy seguro que sería la perfecta versión masculina de una devota ama de casa. Y por alguna razón eso me molesta. No tengo nada que ver con él, pero aún así estoy obsesionado con tenerlo. Nunca pensé que él caería en mis garras tan rápido al trabajar en una de mis tiendas.

Ni siquiera estoy seguro de si él sabe que yo soy el dueño.

- Quiero que sepas lo mucho que te aprecio. - se acerca por detrás de la silla acariciando mis hombros. - Tienes este exterior tan frío y lo entiendo. Pero también te preocupas por aquellos a los que consideras cercano. - no hay respuesta de mi parte.

AST - INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora