CAPÍTULO 15

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YUJI POV

Siento que soy el príncipe de un palacio al que no pertenezco. Desde mi llegada inesperada al edificio de Satoru, todos me han tratado con mucho cariño y respeto, pero de alguna forma parece que todos mantienen su distancia, ni siquiera suben al tercer piso, a excepción de Suguru y Layla con quienes paso la mayor parte del tiempo porque por ordenes de Satoru no puedo salir del edificio ni siquiera con seguridad. Una medida un tanto exagerada a mi parecer.

Él ha estado saliendo continuamente estos últimos 3 días, tal parece que tiene que ver con Mahito y lo sucedido la otra noche. Según escuché de Suguru, el tipo se coló en la subasta mediante otros socios de Satoru, lo que lo ha hecho enfurecer. No comprendo bien el contexto de todo, pero sé que es algo muy malo para que Satoru tenga que tratar estos asuntos de forma personal.

- Yuji, vamos a la oficina de Satoru. Te aburrirás si solo pasas en esta habitación. - Suguru entra a la habitación luciendo exhausto, Satoru también lo ha hecho trabajar de más y por supuesto, no tiene permitido alejarse de mí por lo que también está obligado a permanecer en el edificio. - Al menos allá podemos poner música. Puedes tomar algún libro o algo que llame tu atención, estoy seguro de que Satoru no te dirá nada. - me saca de la cama dando unos jalones y me obliga a seguirlo a la oficina de Satoru. Comparado con ocasiones anteriores, el lugar es un caos, hay documentos tirados por todos lados y las tazas de café y vasos de alcohol abundan por doquier.

- Luce a que tienen muchos problemas. - sonrío nervioso al entrar.

- Peor que eso, pero no te preocupes, nos encargaremos de todo. - se sienta frente al escritorio y toma algunos papeles buscando algo.

- ¿Quieres que te ayude en algo? - me agacho a recoger algunos papeles del piso y los llevo al escritorio. Quisiera ayudar a ordenar un poco, pero quizás no es el momento para preocuparme por eso.

- No es necesario, hay algunos documentos que son confidenciales, así que, aunque quiera ayuda, no puedo dejar que los veas. - luce decepcionado por sus propias palabras, ya que se ve que en serio necesita ayuda con lo que sea que este buscando. - Ponte cómodo. Toma. - me entrega el control del teatro para que ponga música. - Esta bien si solo me haces compañía, así no nos aburrimos estando solos. - me mira de reojo y esboza una cansada sonrisa.

- Entiendo. Solo espero que encuentres lo que buscas pronto. - enciendo el aparato y comienza a reproducir la última canción que probablemente Satoru escuchó. Me paralizo por un instante al recordar la melodía de esa noche, esta es... ¿la misma? - Suguru... - le llamo nervioso.

- Dime. - sigue concentrado en su lectura.

- ¿Quién elije la música del lugar? - juego con el control y me acomodo en el sofá para poder verlo.

- Hmmm... Los chicos. Cada uno tiene su acto, por ende, un estilo y música favorita, pero si hablas del fondo que siempre está sonando, diría que es algo genérico que los primeros acompañantes elaboraron para darle al lugar un ambiente más sensual, aunque no estoy muy seguro. Cuando yo llegué ya estaba. - bebe de su café y toma otros papeles para continuar con su búsqueda.

- Y los compradores... ¿ellos eligen su música o es algo al azar también? - pregunto con mi corazón latiendo a mil por hora.

Sé que esto puede tratarse solamente de una simple coincidencia, pero una nueva esperanza se asienta en mi pecho. Todo este tiempo no he hablado de aquella noche porque no sabía con quien hablarlo, por lo tanto, preferí guardar esos sentimientos, también por miedo a decepcionarme. Además, sé que ni Satoru, ni Suguru me darían datos del supuesto comprador.

- Si, siempre lo hacen. - deja de ver los documentos en sus manos y me mira curioso. - ¿Por qué lo preguntas? - enarca una ceja exigiendo una respuesta.

AST - INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora