CAPÍTULO 8

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YUJI POV

Llevo una semana encerrado en casa desde la visita de Satoru, no puedo explicar lo humillado y enojado que me sentía ese día. Los primeros días lloré con toda el alma por haber sido tan ingenuo e iluso, pero no pienso dejar que ese idiota siga jugando conmigo. He evitado incluso a mis amigos, no porque hayan hecho algo mal, sino porque no puedo permitirme que me vean de esta forma por las palabras de ese imbécil. Ellos me lo advirtieron e hice caso omiso.

Durante todos estos días pude notar personas moverse a las afueras de la propiedad especialmente de noche, lo que indica que Satoru me ha estado vigilando quien sabe por cuanto tiempo, y claro, esto explica la continua sensación que tenia de ser observado.

Hoy me llegó la notificación de desalojo y subasta de la casa, no hay forma que con los ahorros que me quedan y mi sueldo cubra esa deuda, pero no pienso darme por vencido. No voy a perder lo que mis padres y abuelo construyeron con tanto amor sin dar al menos pelea. Normalmente, estaría quebrándome la cabeza buscando una solución racional a esta mierda, pero hay una opción más sencilla aunque cuestionable y a pesar de que juré que no volvería a ver al idiota de Satoru, heme aquí al frente de su oficina. Apenas pude convencer a Mei de que me diera la información. Le prometí un buen pago, por supuesto.

- Lo lamento, pero no puede ingresar sin una invitación. - es la respuesta de uno de los hombres al frente.

- Dile a tu jefe que Yuji Itadori está aquí. - digo sin vacilar.
Ambos hombres se miran y uno de ellos parece recibir una especie de orden por su audífono. - Bien - responde y se acerco al tipo frente a mí para decirle algo al oído.

- Puede pasar. - indica abriendo la puerta - Por favor espere aquí, uno de los asistentes vendrá para llevarlo a la oficina del jefe. - asiento y ya adentro escuchó la puerta cerrarse atrás de mí.

La atmosfera del lugar es sin duda algo que nunca había sentido, da la sensación de erotismo y sensualidad. Aparte de que se siente muy privado al estar casi en la oscuridad.

- Que sorpresa tenerte por aquí. - reconozco esa sensual voz. De las sombras emerge la figura perfecta de Suguru, quien con una sonrisa me recibe. - Satoru estará encantado de verte. - me tiende su mano.

- Me encantaría decir lo mismo, pero estoy aquí por negocios. - doy unos pasos al frente pasando de largo. - ¿Me llevas? - lo miro por sobre mi hombro y sonrío.

- Por supuesto. - Suguru comienza a caminar frente a mi paso lento, dándome el tiempo de observar el lugar. Hay diferentes secciones que me parecen bastante llamativas. - Pregunta sin pena. - escucho la voz de Suguru mientras subimos las gradas al segundo piso que a diferencia del primero es una sección repleta de habitaciones.

- ¿A dónde está la oficina de Satoru? - pregunto al ver que vamos pasando de largo por todas las puertas.

- En el tercer piso. - camino sin volver a verme.

- ¿No era más fácil usar el elevador? - pregunto un poco molesto.

- Si, pero no habrías podido observar el lugar. - comenzamos a subir al tercer piso donde al igual que el segundo hay varias habitaciones, sin embargo, es la del fondo del pasillo y la del costado derecho a esta las que sobresalen de todas ellas. - La puerta negra es la oficina y la roja la habitación que usa de vez en cuando para descansar. - comenta como si me leyera la mente.

Caminamos directo a la puerta negra y Suguru da unos toques en la puerta para anunciar nuestra llegada. Al fondo solo se escucha un "Adelante". Al ingresar a la habitación, Satoru esta revisando una pila de papeles, no parece de estar de muy buen humor.

- Satoru. Yuji, está aquí. - anuncia haciendo que Satoru levante la vista. - Siéntate, por favor. ¿Quieres un trago? - me pregunta mientras avanza al bar de donde sirve un whisky y un mojito. Le entrega la bebida a Satoru y la mía la deja sobre el escritorio.

AST - INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora