Capítulo 17

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—Entonces... ¿La has dejado marchar así de fácil?

Shadow apartó la vista de la ventana por la que había observado a Erika marcharse hacia un par de horas, y se volteó para encontrarse con la mirada inquisidora de su hermano.

—Odio hacerle daño —admitió con un encogimiento de hombros —No puedo retenerla contra su voluntad. Nuestro trato será la mejor manera de que confíe en mí.

—¿Crees en serio que cumplirá? —bufó Leif con desconfianza —Nunca habíamos estado tan cerca, has dejado pasar una gran oportunidad.

—¿Una oportunidad de que me odie más de lo que hace ahora? —Shadow se pasó la mano por el cabello con irritación y observó la máscara tirada en el piso. El mismo lugar al que la lanzó a penas se fue Erika.

Leif se despegó de la puerta y entró en la habitación de los padres de Sara, que desde la "pequeña mudanza" ahora pertenecía a Shadow. Sin pizca de cuidado se lanzó en la cama, dejándose absorber por el suave colchón. Su hermano encarnó una ceja.

—Me gustaría estar solo —anunció Shadow con molestia.

—¿Para seguir retorciéndote en tu miseria? —se rio Leif —Te recuerdo que tienes cosas más importantes en las que pensar, tu obsesión por la humana está yendo demasiado lejos.

—No he descuidado ninguna de mis obligaciones —masculló con los dientes apretados.

—¿Ah no? —Leif se sentó de un salto y levantó un dedo para enumerar —Llevas días sin controlar a Amaia y bien sabes lo loca que está —otro dedo —Has descuidado el trato con nuestro informante vampiro, Darius está solo y sin nuestra supervisión en el castillo...

—Ese no es un problema —lo interrumpió Shadow cerrando los puños hasta que los nudillos se pusieron blancos —Amaia hizo un gran trabajo con él, está de nuestro lado.

—¿Puedes asegurarlo? —el mayor se encogió de hombros —Todas las chicas de Orkhon están locas y ella no es la excepción —fingió un exagerado estremecimiento —Nunca sé que está pensando, me da escalofríos.

—De Amaia me encargo yo —espetó el alfa molesto mientras se acercaba a la cama para encararse con su hermano.

—¿Así como te has encargado de la linda pareja que tenemos en el sótano? —Una sardónica sonrisa bailó en los labios de Leif.

—¡Eso fue cosa tuya! —se desesperó Shadow y comenzó a caminar en círculos —Tanto la chica como sus padres son tu responsabilidad.

—¿Eso significa que me das permiso para jugar con ellos? —los ojos de Leif brillaron de emoción.

—Haz lo que te dé la gana, Erika es la única que está fuera de los límites.

—Si soy sincero entiendo tu obsesión —Leif bostezó con aburrimiento —Mi querida hermanita es realmente hermosa —sonrió malicioso —No sabes cómo me gustaría tenerla en-...

La frase se cortó al momento pues Shadow, con una velocidad sobrehumana, se lanzó contra Leif y lo alzó por el cuello. Sus ojos abandonaron el verde natural y pasaron a un dorado brillante, señal de lo enojado que estaba.

—Ni siquiera te atrevas a terminar esa frase —siseó con la voz distorsionada mientras sus manos se convertían en afiladas garras que arañaban la piel de su hermano.

—Una bonita demostración sin duda —habló Leif con la respiración pesada debido a la falta de oxígeno pero sin inmutarse en lo más mínimo —Lástima que eso sea lo único que sepas hacer.

—¡Te lo advierto! —tronó Shadow apretando aún más sus garras en torno al cuello de Leif hasta que un pequeño hilo de sangre corrió, manchando la camisa —Mi paciencia hoy está al límite.

Príncipe Oscuro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora