En un mundo alternativo, Galadriel, la Dama de Lothlórien, y Thranduil, el Rey de Mirkwood, viven en reinos separados, sin conocerse. Sin embargo, su destino está entrelazado por una serie de eventos que los llevarán a encontrarse y descubrir un amo...
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Galadriel regresó a Lothlórien, su belleza y majestad radiante como siempre. Sin embargo, su ausencia sin aviso durante casi dos días había generado inquietud entre sus consejeros.
—Mi señora, ¿dónde estabas?—, preguntó Elwin, su consejero más cercano, con una mezcla de alivio y preocupación. —Tu ausencia nos ha causado gran inquietud.
Galadriel se sentó en su trono, su mirada pasando por cada uno de sus consejeros antes de responder. —Lo siento. Me llamó un asunto urgente en Mirkwood. El Rey Thranduil necesita nuestra ayuda.
—¿Qué sucede en Mirkwood?—, preguntó otro consejero, curioso.
—El bosque necesita ser sanado—, explicó Galadriel. —La sombra de Sauron se extiende y la vida en Mirkwood se debilita. Thranduil necesita nuestra ayuda para restaurar el bosque y proteger a su pueblo.
Los consejeros intercambiaron miradas preocupadas.
—¿Qué tipo de ayuda necesita?—, preguntó Elwin.
—Mirkwood requiere nuestra experiencia en la conservación de la naturaleza y nuestra conexión con los árboles—, respondió Galadriel. —Necesita nuestra luz para detener la decadencia del bosque.
—¿Y qué hay de la seguridad de Lothlórien?—, preguntó otro consejero. —No podemos dejar nuestro reino desprotegido.
—Entiendo sus preocupaciones—, dijo Galadriel. —Pero si no ayudamos a Mirkwood, la oscuridad se extenderá y pondrá en peligro a todos los reinos libres de la Tierra Media. Debemos actuar con sabiduría y compasión.
Los consejeros de Galadriel intercambiaron miradas escépticas y preocupadas.
—Mi señora, ¿estás segura de que podemos confiar en el rey Thranduil?—, preguntó Elwin, con su voz llena de dudas. —Su reputación es... cuestionable.
