En un mundo alternativo, Galadriel, la Dama de Lothlórien, y Thranduil, el Rey de Mirkwood, viven en reinos separados, sin conocerse. Sin embargo, su destino está entrelazado por una serie de eventos que los llevarán a encontrarse y descubrir un amo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
══════════════════════════ Capítulo 13: Casi Iguales. ══════════════════════════
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Thranduil montó su caballo, y se preparó para partir hacia Lothlórien. Pero apenas comenzó a cabalgar, el entorno cambió. La oscuridad se cerró sobre él, y la luz del sol se desvaneció.
Thranduil se encontró rodeado de una niebla espesa y ominosa, que parecía tener vida propia. La niebla se convirtió en una figura, una figura que parecía ser su propio reflejo, él mismo. —Eres un rey fracasado —dijo la figura—. Un rey que no puede proteger a su pueblo.
Thranduil se sintió confundido y desorientado. La figura comenzó a cambiar, convirtiéndose en la imagen de su hijo, Legolas. —Padre, ¿por qué me abandonaste? —dijo Legolas, con una mirada de dolor y desilusión.
Thranduil se sintió abrumado por la culpa y la tristeza. Intentó alcanzar a Legolas, pero éste se desvaneció en la niebla. —No —gritó Thranduil—. Esto no es real.
Pero la ilusión continuó, mostrándole imágenes de su reino en ruinas, de su pueblo sufriendo. Thranduil se sintió atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar.
De repente aparece Galadriel de espaldas entre una neblina. Thranduil se acercó a Galadriel, su corazón latiendo con emoción. Pero cuando ella se giró, su rostro se transformó en una máscara de sorpresa y confusión. Galadriel estaba con su vientre grande y redondeado. Thranduil se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. —¿Qué... qué significa esto? —tartamudeó.
Galadriel sonrió, su mirada llena de amor y ternura. —Nuestro hijo —dijo—. Nuestro hijo que pronto nacerá.
Thranduil se sintió abrumado por la emoción. Nunca había imaginado que podría ser padre de nuevo. —¿Un hijo? —preguntó, su voz apenas audible.
Galadriel asintió. —Sí, Thranduil. Nuestro hijo. El futuro rey de Mirkwood o Lothlórien.
Thranduil se sintió como si estuviera flotando en un sueño. Todo parecía tan real, tan posible. Pero entonces recordó que estaba en una ilusión. —No —dijo, sacudiendo la cabeza—. Esto no es real.
