Capítulo 5 -Más cerca de ti.

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Nunca me había puesto a pensar en esto, pero creo que si existieran las vidas pasadas, debí haber hecho algo realmente terrible que estoy pagando ahora mismo.

El hombre que está sentado frente a mí al otro lado de la mesa, no aparta sus ojos de los míos, sigue cada una de mis acciones, analiza cada movimiento y todo lo que digo.

—¿De dónde eres? —me pregunta acomodando sus lentes.

No es un hombre corpulento, pero sé que es muy inteligente y calculador, puedo intuirlo por sus expresiones y preguntas específicas.

—París —el asiente y voltea hacia su mujer que mantiene la vista hacia abajo.

—¿Alguna empresa importante en la que trabajaste antes?

—¿Por qué no dejas de preguntar...? —Madeleine intenta hablar, pero él sostiene su brazo, Madeleine finge que no le duele, pero puedo notar la presión que su marido ejerce en ella.

—Cariño, estoy hablando con ella.

—No sé a qué se deben sus preguntas —dejo los cubiertos a un lado —pero no creo que sea correcto hablar de trabajo cuando su hija también está presente —le sonrío a Maya que mantiene una expresión de temor.

—¿Esconde algo, señorita Rousselle? —pregunta con media sonrisa.

—¿Le parece que oculto algo? —vuelve a sonreír y suelta a su esposa.

—Admiro su valor.

—¿Por qué? ¿Debo temer por algo, señor Brunet?

—¿Tiene miedo?

—No, señor, no tengo miedo —sonrío —es una cena ¿no es así? —él asiente.

—Bien, debo irme en unos minutos —dice poniéndose de pie.

—¿A dónde vas? —le pregunta Madeleine.

—Eso no te importa —le sujeta el rostro con una mano —estás hablando más de lo que debes, ¿hiciste algo?

—No... —ella niega.

—Bien —le sonríe y le da un beso que ella no corresponde.

—Espérame despierta —la suelta de golpe y se marcha dejándonos en un silencio total.

—Maya, cariño, ya sabes que hacer —le dice su madre.

Maya se levanta apresurada y sale corriendo del comedor. Madeleine se queda en silencio sin saber que decir, solamente se pone de pie y me sonríe.

—Lo siento —dice ella, me pongo de pie y me acerco.

—¿Estás bien? —le pregunto.

—Si, solo debo llevar a Maya con su tía...

—¿Que hay de ti? —pregunto.

—Solo debo sacar a Maya de la casa por esta noche, eso es lo que me importa ahora mismo, lamento toda esta situación, solo quería hacer esto porque Maya ha estado muy emocionada hablando de ti todo el tiempo y ahora esto...

—Madeleine, tranquila, respira —le digo sujetando su brazo con delicadeza —¿por qué no te vas?

—Porque siempre me encuentra —suelta un suspiro.

—¿No puedes ir con Beverly? —frunce el ceño.

—No. Siempre le dijo dónde estaba.

—¿Por qué no se llevan bien? —pregunto.

—Antes lo hacíamos, al inicio nos llevábamos muy bien, pero con el tiempo supe que ella nunca estaría de mi lado, por alguna razón él siempre daba conmigo y descubrí que fue ella quien le informaba.

Un Matiz De CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora