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Su cuerpo quedó paralizado en el momento en que sus miradas se cruzaron, como si tuviese a Medusa justamente enfrente y en ese mismo instante se estuviese convirtiendo en piedra. Sin embargo, apenas logró recobrar sus cinco sentidos, la ira no tardó en renacer de él.
 
Seguramente venía a fastidiarlo, como solía ser su pasatiempo. O quizás sólo venía a asustarlo, cosa que no logrará porque la única persona que es capaz de hacerlo temblar es su padre.
 
O eso creía, hasta ahora.
 
—¿Qué quieres? —preguntó con hastío.
 
—¿Ni siquiera me vas a saludar? —hizo puchero en una expresión de ternura muy mal actuada que a Felix le causó repulsión.
 
—No eres bienvenido aquí. Lárgate. —Estuvo a punto de echarlo de una patada o cerrarle la puerta en la nariz, pero se contuvo. Estando con su enemigo tenía que ser cuidadoso con cada uno de sus movimientos.
 
Ya había desactivado las cámaras de su casa, por lo que Jay no podía observarlo ya más. Por eso estaba aquí, porque sabía que no podía tener control sobre él de ninguna manera.
 
—Venga, no seas así con tu hermano mayor. —Le dijo, sonriendo con cinismo. Sus ojos de loco no combinaban en lo absoluto con su sonrisa.

—No somos hermanos —escupió, cruzándose de brazos—, ni siquiera compartimos sangre. Somos enemigos.
 
Jay rechistó. Su sonrisa no se desvanecía, es más, parecía representar emociones diferentes cada vez que el diálogo avanzaba. Primero fue cínica y ahora, siniestra.
 
—Aunque no quieras admitirlo, hermanito —se inclinó hacia él, equidistando sus alturas—, estamos unidos, de una u otra manera. Y lo estaremos aún más cuando gane la competencia —susurró, soltando una risita malévola. Felix contorsionó su rostro al sentir su asqueroso aliento caliente chocar contra su nariz.
 
—Eso no pasará.
 
—Se te olvida que soy el favorito de papá, ¿no? —ahora su sonrisa dejó de ser siniestra para pasar a una burlona y torcida. Sus colmillos se descubrieron con aquella expresión—. Con eso ya tengo mucha más ventaja que tú.
 
Felix guardó silencio, de pronto debilitándose al oír a Niki ser mencionado. Tragó saliva y apartó la vista para poder regular su temor. Apretó la mandíbula y volvió a mirarlo, mirando a su hermano, serio.
 
—Pero no el premio asegurado —replicó.

—Pff —se mordió el labio para no reírse en su cara—. ¿Puedo pasar?
 
El castaño dudó unos segundos, pero terminó accediendo. Chequeó en derredor, asegurándose de que sus armas estuviesen donde siempre en caso de estar en peligro.
 
Jay se adentró lentamente, con las manos en sus bolsillos. Miró el salón de estar, el bar y la cocina, le echó un vistazo al escritorio, y se detuvo en la mesa que aún seguía con los potes de sushi y las botellas a medio terminar.
 
—Estás jugando sucio, hermanito... —comentó, acercándose a la mesa para tomar una copa y echarle vino.
 
—¿Por qué? —preguntó él, tenso. Se acercó también a la mesa para tomar su whisky que había dejado abandonado.
 
—Te aliaste con el enemigo.
 
El menor se quedó con el vaso a medio camino.
 
—No me alié con el enemigo —soltó, a la defensiva.
 
Jay rechistó. Le dio un sorbo a su vino, y relamió sus labios para apreciar aún más su sabor.
 
—Es un espía, Felix —habló secamente. Dio un paso hacia adelante, imponente.

Felix se vio acorralado por la mesa, lo único que le quedaba era mirar a Jay fijamente a los ojos, luchando con mucho esfuerzo para que sus pupilas no comenzasen a temblar y lo delataran.
 
—Ese imbécil —comenzó a mascullar, como si quisiese gritar pero se estuviese conteniendo, o como si estuviesen en un lugar escondidos y no quisiesen ser escuchados— es el espía que te estaba persiguiendo —de pronto retomó esa sonrisa malévola que hizo a Felix remecerse por el cambio tan repentino de expresión—. Caíste bajo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Me tenías miedo? ¿O tenías miedo de que pudieses perder por no tener la información suficiente?
 
La fuerza de Felix fluctuó. Por primera vez, se sentía tan tenso que su cuerpo comenzó a temblar. Empuñó su mano para controlarse, canalizando sus nervios en ella. Sintió sus uñas enterrarse en su palma.
 
—Nada de eso —replicó. Quiso golpearse al oír el ligero temblor en su voz—. Lo tengo conmigo sólo por su información. Cuando ya no lo necesite lo mataré.
 
De pronto se sintió inseguro. ¿Cómo sabía Jay sus planes?
 
Su hermano carcajeó, mofándose de él. Su expresión demostraba su escepticismo ante sus palabras.

𝗆𝖺𝗏𝖾𝗋𝗂𝖼𝗄 ˳🌱༄꠶ 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗹𝗶𝘅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora