De todos los trabajos que ha hecho, a Hyunjin jamás se le pasó siquiera por la cabeza el hecho de que en algún momento cometería no uno, sino dos crímenes.
Su vida en aquel entonces, hace un mes atrás, era tan sólo la de un joven correcto, que seguía meticulosamente las reglas y, por lo tanto, no cometía ningún mal a menos que fuese merecido -como Yuqi, por ejemplo, que él la mató no por mero gusto, sino que se lo merecía por sus actitudes criminales-. Pero ahora, las cosas, quizás, estaban cambiando para él. Para mal, seguramente. Su yo de hace un mes atrás se contorsionaría de la rabia al creer que alguien como él estaría en algo tan aberrante como lo era la mafia. Pero, inesperadamente, Hyunjin ya no veía la mafia o los crímenes como algo tan malo, tal vez, aunque quisiese convencerse de lo contrario.
Pero, lo que sí sabía, era lo mal que estaba hacerlo. Lo mal que estaba rebelarse contra su institución, lo mal que estaba ser parte del enemigo. La policía le salvó la vida al ofrecerle unirse a ellos, ¿por qué, entonces, se dejaría llevar por un mafioso incompetente como lo era Felix? Claro, Hyunjin estaba entre la vida y la muerte en aquel momento, y su único escape era aquel trato, pero, debió tal vez detenerse a pensar mejor las cosas, matarlo o intentar convencerlo de dejarlo ir, pero no lo hizo. Porque sabía que sería un acto inútil.
En cualquier momento podía dejarlo, claro está. Hyunjin tenía la capacidad para idear un plan lo suficientemente inteligente y acertado para poder salirse con la suya sin ser atrapado, entonces, ¿por qué no lo llevaba a cabo?
Simple: porque no quiere. Porque, aunque aún no se atreva a admitirlo, no quiere dejar de jugar a la mafia.
Puede ser por mero morbo, por la adrenalina que cometer crímenes le estaba haciendo sentir, o quizás lo emocionante que era este estilo de vida que sólo conocía de oídas. O tal vez, porque sin quererlo, había un deseo reprimido en su inconsciente que lo mantenía aquí, un deseo con nombre y apellido que él sabe muy bien y que ahora, además de causarle rabia, causaba un ligero estímulo en su cuerpo entero que le provocaba náuseas.
⏤Llamaré a Soonyoung ⏤anunció Felix, sacando su teléfono de su gabardina.
Sí, Hyunjin estaba a punto de cometer un crimen otra vez.
Pero ya no sentía culpa, ni remordimiento. Tampoco estaba seguro de si sentía excitación o siquiera un poco de adrenalina, pero seguramente arrepentimiento, no era. Sus dedos cosquilleaban ligeramente al conocer lo que sucedería luego, pero su rostro permanecía inexpresivo. Y como era de esperarse, también había una parte de sí que le seguía reprochando de sus acciones. Te van a pillar. Sal de ahí antes de que sea demasiado tarde.
Pero, ¿y si ya era tarde?
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Felix comenzó a hablar a través del teléfono.
⏤Escucha muy bien lo que te voy a decir ⏤habló con tanta autoridad que hizo a Hyunjin estremecer. O quizás fue el viento recio y congelado que le golpeaba la espalda, no era seguro⏤. No llames a nadie, ni se te ocurra decirle a nadie acerca de esta llamada. Te estoy vigilando. ⏤Sonrió ladino, mirando su portátil que posaba en una mesa vieja que encontraron allí.
Estaban en la azotea del edificio de Soonyoung. Esperaron desde las ocho menos cuarto para preparar todo antes de que llegase puntualmente a las nueve, como era su rutina habitual. El frío cada vez era más latente, sobre todo allí, que el viento no dejaba de desordenarles los cabellos ni de bajarles la temperatura corporal.
Felix observó la pantalla del computador, y en efecto, Soonyoung estaba junto a Beomgyu y Sunghoon, oyendo con una expresión tensa en su rostro y cuerpo entero las palabras de Felix. Sonrió con satisfacción. Le gustaba ver a sus víctimas así, tan vulnerables como un pedazo de papel.

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𝗆𝖺𝗏𝖾𝗋𝗂𝖼𝗄 ⋆ 𐙚 ̊. 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗅𝗂𝗑
Acción𐚁 ֹ ִ 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗅𝗂𝗑 ! ୧ ֹ ִ ❝Hwang Hyunjin tenía una sola misión como espía: vigilar y atrapar a Lee Felix, heredero de una de las mafias más peligrosas del país. Todo parecía ir perfecto, nada ni nadie podría vencer a alguien tan poderoso como él...