18. Conversaciones

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🎶Banda sonora: Monster V.1 - Tom Odell🎶

Taehyun dio un sorbo al café que estaba tomando y miró de nuevo alrededor. Esa cafetería estaba a tomar por el culo de todo. Le había costado casi dos horas llegar al maldito lugar y ahora, el cabrón con el que había quedado llegaba quince minutos tarde.

No es que tuviera algún tipo de obsesión con la puntualidad, pero estaba enfadado. Todavía no entendía por qué estaba allí, por qué estaba en Corea y no con una gabardina negra atravesando Glasgow para hacer un reportaje sobre un político corrupto.

Taehyun llevaba muchos años sin volver a Seúl por muchas razones. La primera es que sentía que no le quedaba nada allí. La segunda era que su vida estaba bien en Escocia. Pero ahí estaba. Aunque odiase estar en esa terraza con la humedad haciéndole sudar, necesitaba saber o se iba a volver completamente loco.

Había descubierto —por las malas— que la obsesión y la debilidad de Bang era Seungmin, el chico al que tenía que desenmascarar. También que Seo Changbin era un esclavo del pequeño duende con el que se había casado. Y que ellos dos y también Minho eran, a su vez, esclavos del gran Han Jisung.

Sin embargo, no entendía cómo encajaban entre ellos, como sus vidas se habían visto enredadas.

La familia de Han traía a sus espaldas una serie de historias de violencia, delitos y dinero viejo. Seo y los Lee eran harina de otro costal. Sabía que venían de muy abajo, particularmente Minho y, por extensión, su hermano. Las cicatrices que vio en el pecho y la espalda del chico no se hacían jugando al golf en el club de campo.

Esas heridas tenían historias que Taehyun quería conocer. Igual que quería saber por qué Minho había visto al fiscal y a Bang justo antes de que Seungmin llevase a aquel desconocido con ellos. Necesitaba saber, necesitaba entender. Y solo por eso estaba tremendamente indignado con que su contacto no tan anónimo estuviese llegando 26 minutos tarde.

—Hola, Taehyun —saludó sentándose aquel chico atlético.

Se quedó momentáneamente hipnotizado. Tenía una mirada conocedora debajo de sus párpados llenos de pestañas negras y rizadas. Definitivamente, el chico era demasiado guapo. Guapo de una manera que le molestaba profundamente.

Porque Taehyun era consciente de que era en realidad un maldito lobo despiadado.

—Llegas 27 minutos tarde —se quejó.

—Discúlpame, este lugar está lejos...

—Fuiste tú quien me citó aquí. La próxima vez si quieres puedo ir a verte a tu despacho en la Fiscalía. —Taehyun levantó una ceja irónico y el chico sonrió apoyándose con tranquilidad en la silla.

—Sí, me gustaría escucharte explicándoselo a Namjoon sunbaenim —añadió.

Apretó los dedos alrededor de la taza de café y se la llevó a la boca para tranquilizarse. Había algo tan oscuro dentro de sus ojos que Taehyun se moría por conocer cada uno de sus secretos. Y a la vez estaba asustado.

—¿Por qué estoy aquí, Eunwoo? —preguntó directamente, tratando de obviar que acababan de amenazarse el uno al otro de forma velada.

—Porque querías hablar conmigo...

—No. ¿Por qué estoy en Seúl?

—Oh... Eso... —El chico se rió suavemente tapándose la boca con la mano y Taehyun frunció el ceño —. Estás aquí porque necesito que publiques todo lo que puedas sobre Kim Seungmin y Bang Chan.

—¿Cuál es tu problema con ellos?

—Ninguno —contestó con tranquilidad llamando a una camarera con la mano. La chica corrió hacia la mesa y miró a aquel ángel ante él con la cara que tienen las personas cuando ven a sus ídolos—. ¿Podría traerme un americano con hielo? —preguntó con una voz dulce y la muchacha batió las pestañas y soltó un suspiro enamorado asintiendo y corriendo dentro.

Estación de lluvias 3: INVIERNO | Minsung | Changlix | ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora