25. Quédate

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🎶Banda sonora: Stay with me - Anson Seabra🎶

Jisung despertó con la claridad de la mañana deslumbrándole. Le escocían los ojos, tenía un pinchazo desagradable en la cabeza y juró, una vez más, que no volvería a beber.

—¿A quién quieres engañar? —murmuró con una risa grave.

Se giró hacia el lado de Minho, estirando la mano para tocarlo y sintió una bola de pelo cálida. Se asomó entre el lío de cojines y sábanas y casi se le sale el corazón del susto: un gato naranja lo miró con mala cara, como si estuviera ofendido por perturbar su comodidad.

Se frotó los ojos desconcertado y acercó los dedos al pelaje suave del animal a su lado. El bicho maulló como una protesta y se sentó estirándose.

—¿Qué mierda mezclé anoche con el whisky? —dijo en voz alta—. ¿Minho? ¿Estoy soñando? ¿Qué puto viaje lisérgico es este? ¿Te has convertido en un gato de verdad?

Miauuuuu.

—No seas escandaloso, Minho, me duele la cabeza.

Jisung se sacudió cuando el animal se acercó y se subió sobre sus piernas cubiertas por el algodón egipcio. El peso se sintió real, esas patas anchas se clavaron en sus muslos de verdad. Acercó la mano de nuevo y le acarició la cabeza. No podía ser un sueño. Ese animal estaba ahí, en su regazo, mirándole con esos ojos grandes y esas orejas puntiagudas.

—¡Minho! —gritó tratando de apartarse del animal inútilmente—. ¡Minho! ¿¡Dónde estás!?

Escuchó los pasos apresurados que subían las escaleras y giró la cabeza dándose cuenta de que la puerta estaba abierta el espacio exacto para que ese animal se hubiese colado a dormir en su habitación y se hubiese revolcado en sus sábanas lujosas.

—¿Qué pasa? —preguntó el otro felino que compartía cama con él.

—¡Se ha colado un gato en casa! —exclamó señalando a ese pequeño cabrón peludo que ahora estaba cómodamente tumbado sobre sus muslos—. Me desperté y estaba en tu lado de la cama. Mierda, pensé que estaba soñando, o que el maldito whisky me había sentado mal. ¡Joder! Creí que eras tú —gimió agobiado.

La risa maníaca de Minho estalló de repente y fue como encender un motor de reacción en un armario. Jisung lo observó, medio indignado, medio maravillado. Minho no solía ser una persona ruidosa. Le molestó que no le tomara en serio, pero también le gustó.

¿Qué mejor manera de despertar que con sus carcajadas por todas partes?

El recuerdo desagradable de lo que habían encontrado en casa de su madre llegó a su cabeza y casi vuelve a llorar. Pero la maldita risa de ese hombre era tan bulliciosa que tuvo que mirarlo: se sujetaba el estómago y su boca dibujaba una bonita sonrisa suya mientras las carcajadas resonaban.

Si un gato callejero había hecho esto por Minho, le compraría un maldito comedero de oro macizo al pequeñín.

—Te he dicho mil veces que no bebas cuando tomas las pastillas —dijo cuando su ataque se suavizó.

—¿En qué momento de la mañana vamos a hablar del animal que tengo encima?

—Se llama Sonnie.

—Ah, espera, ¿tiene nombre? ¿Debo pensar que te has tomado la libertad de recoger a un animal con Dios sabe cuántas enfermedades y lo has dejado dormir en la cama? —El gato maulló y Jisung pensó que tal vez le había entendido—. Mis disculpas, Sonnie-ssi, no quise ofenderle. ¿Sería tan amable de apartarse de mis piernas para que pueda levantarme? —Minho siguió riendo en voz alta y se subió a la cama, gateando hasta ellos.

Estación de lluvias 3: INVIERNO | Minsung | Changlix | ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora