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De nuevo leemos al autor Pablo Santa Cruz de la Vega, ésta vez el tomo I de "Proyecto Ovnis": La base Antártica.
Me encanta leer ésta clase de libros ya que de ellos puedo idear nuevas hipótesis.
Recientemente he encontrado bastante información que puede ser algo complicada de publicar porque toca temas algo sensibles. Sin embargo decido publicarla y espero que sean lo suficientemente maduros para no ofenderse o para no tomarla como una verdad universal y después ir por la vida creyendo que son especiales.
Sin más que decir empecemos.
Traidores y Liberadores
Recapitulemos algunos aspectos del dualismo del que está impregnada toda esta cosmogonía. Hablamos de los gnósticos, los maniqueos, del paganismo en general, y comprobamos que existe una guerra esencial por la liberación del espíritu encadenado a la materia.
Estas tradiciones primordiales nos dicen que hubo una traición original perpetrada por unas potestades llamadas arcontes o eones; los cátaros enseñaban que el mundo material en realidad sería una gigantesca cárcel para el espíritu, y que para liberarlo hay que vencer a la carne. Nikos Kazantsakis, el autor de "La última tentación de Cristo" reflexiona:"Desde mi juventud, mi angustia primera, la fuente de todas mis alegrías y amarguras ha sido ésta: la lucha incesante e implacable entre la carne y el espíritu."
Insinuamos también que el "creador" de este universo (mal llamado creador según las tradiciones primordiales, ya que en realidad sería un cosmocrator o demiurgo, simple ordenador de la materia, que no habría sido creada por él) no está sólo, como únicapotestad, operando todas las variables desde un solo centro; la llegada de una raza extradimensional y su posterior caída, traición mediante, a fin de aprovechar su aporte volitivo para acelerar la evolución del homínido terrestre, plantea un serio dilema, ya que esta traición original habría sido propiciada por algunos de sus jefes a cambio de hacerse de un lugar privilegiado para operar en el mundo material junto al creador. Esto quiere decir que, además de los que se quedaron para liberar el espíritu, habría una facción que busca perpetuar el encadenamiento y evitar a toda costa su liberación del mundo de las formas.
Mi interpretación: A mi parecer, el mundo material como tal no es creación del demiurgo ni nada parecido, sino que lo que él creó es el sistema en el que vivimos encerrados el cual nos encadena a la materia y por el cual vivimos espiritualmente dormidos.
El poder de estos eones o arcontes, como se llama a los traidores, sería pues enorme, porqué cuentan con el consentimiento del creador, y consecuentemente con todo su apoyo. Así planteadas las cosas, ellos tendrían la sartén por el mango, ya que al dominar la variable del encadenamiento, del cual depende la evolución de la criatura más cara al demiurgo, su homínido, están facultados para operar a discreción en el mundo creado desde una morada o esfera superior conocida por las tradiciones iniciáticas como Chang Shambala, la contraparte, si se quiere, de Agartha o el Walhalla de los liberadores.
