Capítulo 6 "Torturada por el amor de mi vida"

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Pues sí, parece que todo lo malo me pasaba a mí... hasta el punto en que pensé en abandonar a mi hermano en un orfanato e irme... pero después de la mala experiencia de aquel lugar horrible, decidí ir de casa en casa, a ver quién quería criar a un chico de 19 años de edad, enfermo. Como era de esperarse, nadie aceptaba.

Joel y yo pasamos tiempo en la calle, pidiendo y durmiendo en el suelo, las personas no querían nada con nosotros por sucios, era tanto el desprecio que llegué al punto de robar, claro que le ocultaba la verdad a Joel, no quería que se enterase que me estaba convirtiendo en mis padres biológicos.

Pasaron meses, yo dejé de estudiar y mi único trabajo era en un súper mercado, en el puesto de las bolsas, yo era la que ayudaba a los compradores a guardar sus cosas. Ahí, aprovechaba de robar un poco.

Día tras día, caminabamos casa por casa hasta encontrar a una familia que sí quiso adoptarnos... pasamos, conversamos, me pareció una familia de muy buen gusto y de mucho dinero, sabía que Joel estaría bien aquí. Mi plan desde un principio era dejarlo allí, e irme, no quería que mi mala suerte lo atormentara.

Pero justo cuando les iba a confesar a esa linda familia sobre mi desición, entra un chamo, era Felipe, el destino definitivamente quería unirnos, nos saludamos, hablamos, ocultamos aquello sucedido en el parque, y al final, Joel y yo eramos hermanastros de Felipe Monte de Hoja.
Pasó un año y eramos los hijos de una familia con mucho dinero, vivíamos en una buena zona, estudiabamos en el mejor colegio de todos, y mi hermanito estudiaba en la mejor "escuelita de recreación (centro especial)" que existía.

Felipe y yo ya eramos Novios, estaba completamente enamorada de él, claro, nuestra relación era a escondidas, yo tenía 18 y él 19, Joel tenía 20. Todos nos decíamos hermanos, pero el amor que nos teníamos Felipe y yo era único y sincero... bueno, al menos eso creía.

Una mañana nos levantamos, salimos a dar una vuelta él y yo y me dice que ya quiere contarme su más íntimo secreto, nadie de su familia lo sabía.

-Sarah: adelante cuentame, puedes confiar en mi.

-Felipe: debes JURAR no decir nada a nadie JAMÁS.

-Sarah: emh... okey... lo juro.

Fuimos a su cabaña en una montaña, ya antes habíamos ido en familia, así que ya la conocía, pero no por completo.

-Felipe: hay un pasadizo secreto, por el sótano, es un cuarto enorme, y me gustaría estar allí contigo. Pero al bajar promete que no entrarás en pánico.

-Sarah": ¡claro cielito!

Bajamos y no me gustó para nada lo que ví, era un cuarto de esos sádicos, con látigos, cuerdas, martillos, cadenas, había de todo, y por su puesto esposas de policía.

-Sarah: haa... hee... ¿q-que es todo esto?

Muchisimas preguntas pasaron por mi mente pero no se las hice en ese instante.

-Felipe: sí, preciosa, me encanta que una mujer sea sometida por mi, y sé que suena malo, feo y doloroso pero a las mujeres les encanta, les dá placer, y hey... ¿qué pasa?

Mi mirada hacia él era de decepción, pero vamos, estaba enamorada, así que acepté.

Me encadenó, me amarró, jugó toda la noche conmigo. A parte de placer también sentía mucho dolor, no podía seguir ahí pero aguantaba, aguantaba mucho por el amor que le tenía.

Una semana después fuimos al cuarto de nuevo, pero yo no quise, así que le pregunté que si no podía ser arriba, pero él se negó, prácticamente me obligó, pero no fue tanto así porque yo bajé por voluntad propia.

Esta vez no sólo tuvo sexo conmigo sino que esta vez me golpeaba y me hacía sudar de dolor.
3 días después, y lo recuerdo muy bien, fuimos de nuevo pero esta vez le dije que no abriera el cuarto, me cacheteó y me jaló por los pelos, bajamos y me sentó en una de esas sillas raras, me amarró y me dijo "esta vez yo no me quitaré la ropa, los juguetes harán el trabajo".

Un sábado fuimos a una fiesta formal, toda la familia, como hermanos los 3... al rato llega Felipe a presentarles a toda su familia y a todas esas personas que ese día asistieron a la fiesta, a su novia Legal: GiGi.

Primero, me destrozó el corazón al saber eso, y de paso, al presentarla dijo que tenían ya 6 meses saliendo; GiGi, me hizo recordar a mi primer amor: Marco.

Ese mismo día, a la noche, entré a su cuarto y le exigí que me explicara todo y con detalle... y eso hizo.

-Felipe: mi Reina ¿no entiendes? Ella es la legal, la que no quiero, la que sólo me acompaña, ella no me importa, yo estoy enamorado de ti. Hace 6 meses comenzamos a salir, pero ella no me importaba y ahora tampoco.

-Sarah: ¿la llevaste a la cabaña?

-Felipe: ... ¿te refieres al...?

-Sarah: sí.

-Felipe: si la llevé, pero a ella no la trato con delicadeza, a ella la hago sufrir. Tú eres mi amor verdadero. A demás, GiGi es para que nadie sospeche lo que hay entre tu y yo.

Me da un beso y se acuesta a dormir. Molesta me voy a mi cuarto y sueño, con Marco.

A la mañana siguiente me lleva a la cabaña.
-Sarah: te dije que no quería venir, hoy no estoy de ánimos para nada.

-Felipe: sí, lo sé... te traje para que observaras cómo es que traro a GiGi.

-Sarah: ¡¿QUÉ?! no, gracias, yo no quiero ver eso.

Intenté sacudirmelo e irme a casa, pero me sujetó fuertemente y me llevó a una cabina, donde por dentro del cuartico se veía como un espejo y donde yo estaba se veía toda la habiatación.

Pobre GiGi, a esa mujer la torturó como no tienen idea, pero se notaba que ella también estaba enamorada y se veía que ella le sería fiel hasta en lo peor.

Al salir Felipe le dijo que volvería pronto y la dejó ahí vistiendose, fue a buscarme, me desató de la silla y me dijo "¿ves? A ella la trato como una puta, a ti te trato como mi ángel".

Pasaron los días e intentaba olvidarme de todo aquello, Joel estaba a gusto con esta familia así que me lo aguanté. Sólo estaba esperando a que hiciera algo realmente desepcionante para dejarlo, bueno, estaba esperando a que llegara la última gota que derramara el vaso.

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