3- Ay alguien ahí ?

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Nia escuchaba atentamente lo que le contaba la rubia mientras anotaba datos importantes, cuando el sonido del timbre las interrumpió.

-Disculpa un momento, Nia. Seguro es Alex y los niños -dijo Kara, levantándose del sillón y corriendo a la puerta principal, apresurada, ya que su visita parecía tener una guerra con el timbre. *Rin rin rin rin...!* El sonido cesó cuando la chica pelirroja entró por el portón.

-¿Por qué tardaste tanto, Kara? Allá afuera hace un calor de los mil demonios.

-Lo siento, pero tengo visita. Además, te di la llave para que entraras, ¿por qué no la usaste?

-Se la di a Sam, se llevó a los niños a comer helado.

-Pero si tú ibas a llegar antes, no le hubieras dado la llave. Claro, no puedes contradecir a tu domadora Sam -bromeó Kara, sarcástica.

-Basta, Kara, no pensé en ese momento.

-*Ni pinsi in isi miminto* -dijo Kara, imitándola de manera burlona-. Solo funcionas con Sam, por lo visto.

La joven entrevistadora observaba a la pelirroja dejar las bolsas en la mesa del comedor. Le causaba gracia presenciar esa pequeña discusión casi infantil entre las chicas. Trató de contener la risa, pero no lo logró, captando la atención de ambas mujeres.

-Al parecer, somos el circo de alguien -dijo Alex.

-Lo siento, no pude evitar reírme con sus ocurrencias.

-No pasa nada, Nia. Te presento a Alex, mi mejor amiga.

-Creo que la señorita Nia y yo ya nos hemos encontrado varias veces en situaciones inoportunas. No hace falta presentaciones.

-Por Dios, Alex. Sé que tuviste una etapa en la que solo salías con chicas jóvenes con la excusa de "colágeno", pero ¿Nia? En serio, creo que apenas se le cayó su diente de leche -comentó Kara, causando confusión en la joven entrevistadora, que no entendía del todo lo que intentaba decir.

-Cálmate, señorita "saco conclusiones apresuradas". La conozco porque la arresté dos veces.

-No me esperaba eso. Creo que es más creíble que te hayas enrollado con ella que que la hayas arrestado.

-Esta pequeña periodista es buena en su área, pero para conseguir información, varias veces ha invadido espacios privados, conferencias y reuniones, y se ha metido en lugares donde no debería estar.

-Bueno, ahora que lo pienso, fue así como la conocí. Se metió en la parte de atrás del escenario. Lena y yo estábamos en un cuarto de aseo cuando la puerta se abrió y nos encontró en una situación... no tan agradable -contó Kara, mientras la risa de Alex retumbaba fuerte. Nia no sabía dónde meter la cabeza de la vergüenza.

-Desde ese momento aprendí la lección y ya no entro a lugares donde no me llaman -respondió Nia, aún avergonzada.

Cuando Alex logró calmar su risa escandalosa, añadió:

-Te entiendo, Nia. Yo también he encontrado a este par en situaciones "no tan agradables" varias veces -dijo haciendo comillas con los dedos-. Ya me acostumbré. Al principio, era traumante. A veces, estas dos se olvidan de que yo también estoy en la misma habitación y se ponen a... ya sabes.-junto sus manos haciendo la escenografía de tijeras chocando.

Inmediatamente, un cojín voló hacia Alex, golpeándole la cara.

-No era necesario ese comentario, Alex. La pobre Nia ya ha tenido suficiente por hoy -dijo Kara, acercándose a la mesa, sirviendo un vaso de agua y alcanzándoselo a la joven que parecía estar en estado de shock.

-Si no te molesta, Alex, ¿podrías dejarnos a solas? Tengo una entrevista que dar.

-Okey, okey, santa Kara, voy a ir afuera a encender la parrilla. Por cierto, ¿dónde está Lena?

-Se fue a cambiar de ropa.

-¿Acaso están recreando la escena de la primera vez que sorprendieron a Nia? -dijo Alex, riendo con picardía.

-¡Dios! Alex, saca tus pensamientos puercos de aquí -respondió Kara mientras la pelirroja salía de la sala con una cerveza en mano, aún riendo.

-¿En qué parte de la historia me quedé?

-Mmm... es difícil concentrarse con tantas imágenes en la cabeza -bromeó Nia, aún tratando de recuperar la compostura.

-Jajaja, creo que me quedé en que iba a tener una reunión con Lillian -continuó Kara, mientras Nia tomaba un sorbo de agua y apretaba el botón de la grabadora para seguir con la entrevista.

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Notas extras*

-¿No se está demorando mucho Lena? -preguntó Nia.

-Sí, voy a ver qué pasó. Espérame un rato -respondió Kara, dirigiéndose al fondo del pasillo donde había una escalera que llevaba al segundo piso. Tenía una vaga idea de por qué su novia se demoraba tanto, pero mantenía una pizca de fe en que no fuera por ese motivo.

Cuando entró en la habitación, Lena no estaba allí, pero notó que la puerta del baño estaba cerrada.

-¿Lena, estás ahí? ¿Te quedaste atorada en el baño, cariño?

-¡Por fin llegas, mi amor! Estaba gritando como una condenada y no venías. Por un momento pensé que me dejarías aquí toda la mañana -respondió Lena, esperanzada.

-Creo que un rato más en el baño no te haría mal -bromeó Kara.

-¡Kara luthor Danvers, sácame de aquí! Me olvidé de que me advertiste que la manija del baño estaba malograda y cerré la puerta... ahora no se abre.

-Por un momento pensé que era porque te habías quedado sin papel. Y, bueno, también que te habías quedado atrapada por la puerta. Cariño, ¿te acuerdas de aquella vez en la piscina cuando me quitaste el bikini y te fuiste?

-Guardar rencores es malo, mi amor... ¿Kara? ¿Estás ahí? -Un silencio llenó la habitación-. ¡Karaaaaa! Mi amor, te invoco... ¡regresa! -dijo Lena, alzando la voz. De repente, el sonido de unos zapatos acercándose le devolvió la esperanza.

-Guarda esos gritos para la noche, cariño. Fui a traer un martillo para romper la cerradura.

-Esa es mi chica. Te juro que hoy te voy a dar como taladro en obra -contestó Lena con picardía.

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